Gara: Un Bruckner monumental (en el Monumental)
Mikel Chamizo
Madrid, Teatro Monumental. 20/02/2014. Intérpretes: Emma Schmidt, piano. Orquesta Sinfónica de Bilbo. Dirección: Günter Neuhold. Programa: Obertura de Egmont, de Beethoven. Concierto para piano y cuerda, de Alfred Schnittke. Sinfonía nº4, “Romántica”, de Anton Bruckner.
Era la última vez que la BOS salía de Bilbo junto a su actual director titular, Günter Neuhold, e hicieron lo posible para que fuera memorable. No lograron llenar el Monumental de Madrid, que se quedó en algo más de media entrada, pero ofrecieron una excelente lectura de una partitura tan ambiciosa (y problemática) como es la “Sinfonía nº4, Romántica” de Anton Bruckner. Música que corre de forma natural por las venas de Neuhold, austriaco, quien supo clarificar la lógica estructural de la sinfonía con efectividad admirable, sin recurrir a aspavientos ni excesos románticos. Extrajo cada elemento temático con nervio y sabiduria, pero sobre todo con una elegrante flexibilidad de pulso y dinámica, necesarias con una música que rápidamente tiende a la pesadez bajo una dirección rutinaria. El delicado “Andante” fue el mejor ejemplo de la cuidadosa concepción de Neuhold, y el “Finale” una fiesta de brío y fuerza orquestal. La BOS, pese algunos detalles aquí y allá, sonó como en sus mejores días.
Algo más deslucida fue la primera parte, con un “Egmont” de Beethoven en el que la orquesta parecía estar aún calentando y el “Concierto para piano y cuerda” de Schnittke, obra compleja, a veces desconcertante en su mundo desbordante de referencias, pero también muy espiritual. La pianista Emma Schmidt, a pesar de haber grabado en disco este concierto, la tocó de la forma menos cariñosa e inspirada que se pueda imaginar, con el feo detalle de levantarse a saludar en cuanto finalizó la última nota, antes de que el público comenzase a aplaudir. Pero aún tuvo más prisa por terminar con la “Andaluza” de Granados que ofreció como bis, simplemente espantosa.