Quiere el azar que el joven pianista británico Benjamin Grosvenor, que abrió en octubre la actual temporada de la Sociedad Filarmónica, cierre este 3 de junio el ciclo bilbaíno de la Sinfónica de Euskadi. A mayor abundamiento, uno de los maestros de este brillante pianista, Stephen Hough, cierra el ciclo de la Filarmónica apenas unos días después, el viernes 6 de junio.
Con la Sinfónica de Euskadi, Grosvenor interpreta el Concierto para piano y orquesta nº 1 de Chopin. Quienes hayan disfrutado de este gran pianista en recital podrán disfrutar de un Grosvenor distinto, en un auditorio que presenta condicionantes para este tipo de repertorio por sus características acústicas, pero con un concierto que anuncia toda la complejidad del posterior Chopin. Completa el programa la Sinfonía nº 8 de Dvorak, una obra rebosante de belleza y sosiego no muy programada, quizá por la gran popularidad de la nº 9, “del Nuevo Mundo”.
Para despedir su ciclo de conciertos en Bilbao, ocupará el podio de la OSE el maestro Andrey Boreyko, su principal director invitado.