Deia: “Terror en música”
Asier Vallejo Ugarte
Edificio San Nicolás del BBVA. 16-XII-2014. Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea de la Fundación BBVA. Cuarteto Bretón. Zuriñe Gerenabarrena, electroacústica. Obras de Saariaho, Crumb, Quislant y Reich.
El cuarteto de cuerda ha sobrevivido al paso del tiempo con un hermetismo que no siempre se ha llevado bien con las vanguardias, pero muchos compositores, incluido Beethoven, han sabido verter sobre él la esencia de sus músicas. George Crumb hace una jugada maestra cuando en 1970 compone Black Angels. Estamos en una época en la que las técnicas instrumentales tradicionales comienzan a agotarse y se empiezan a redefinir los límites del sonido: cualquier ruido, sea cual sea su procedencia, puede tener espacio en una pieza musical. Esto puede relacionar a Crumb con los futuristas italianos de inicios del XX, pero lo que da un peso abrumador a Black Angels es la forma en que nivela el empleo de esos sonidos (insectos, susurros, estridencias) con un respeto profundo por la música del pasado, simbolizado en ecos medievales, cantos rituales, ritmos de danzas macabras y un recuerdo de La muerte de la doncella de Schubert. Lo hace in tempore belli, en tiempos de guerra, envolviendo la música en sombras.
Con Steve Reich la música trata de volver a un estado primitivo y de liberarse, entre otras cosas, de la complejidad a la que conducen los principios del serialismo. En 1968 compara el proceso musical con los granos de un reloj de arena que caen lentamente al fondo: “para facilitar una escucha detallada, un proceso musical debe ocurrir de forma extremadamente gradual”. Dos décadas después vuelca sus principios sobre Different Trains (1988), obra que debe su enorme violencia expresiva a la reproducción electrónica de sonidos de trenes que deportan judíos en plena época del Holocausto, de voces de supervivientes a esos tiempos infernales, de sirenas atronando en un ambiente de terror absoluto. Hay que ver la contundencia con la que la recreó el Bretón el martes: puro fuego, pura tensión. En Nymphéa (1987) Kaija Saariaho busca la sensualidad en forma de lámina abstracta, contrastante, embestida por feroces huracanes. Con todo, la música yace en sonoridades sutilísimas. Alucinante Saariaho. La obra Erinnerungs. Vermögen (2013) del bilbaíno Javier Quislant muestra iniciativa y buena letra, pero no puede llegar a mayores ante tres piezas descomunales que marcan el rumbo de toda una época.