Deia: “Los 14 de 2014”
Asier Vallejo
A la hora de elegir varias de las veladas más destacadas de 2014 hay que apuntar rápidamente a la Carmen de Bizet que subió a escena la ABAO en febrero, no tanto por la parte musical, donde hubo importantes altibajos, sino por el montaje de Calixto Bieito, uno de los más coherentes, contundentes e intensos que se han visto en Bilbao estas últimas temporadas. Como complemento, en los Puritani de Bellini maravilló el canto aéreo, libre y flotante de Elena Mosuc, fantásticamente secundada por Celso Albelo. Con la ópera El juez el Arriaga obtuvo un éxito incuestionable que se vio propulsado por el regreso a los escenarios de José Carreras, pero la presencia del otrora gran tenor no pudo ocultar las notables debilidades de la partitura de Christian Kolonovits. Con Carlos Mena, hace unas semanas, la música vocal del setecientos italiano fluyó con total naturalidad.
La BOS ofreció en noviembre una de sus grandes noches con el que será su próximo director titular, Erik Nielsen, en un concierto que contó el mítico Juilliard String Quartet en obras de Elgar y Martinu. Meses atrás, en febrero, Zoltán Kocsis había dado muestras de su enorme clase tanto a la batuta (Bartók, Dvorák) como, muy especialmente, al piano (Concierto K. 453). Por su parte, la OSE inició el año con uno de los guitarristas de moda, como es Miloš Karadaglić, en una sesión que terminó con una vibrante versión de la Sexta de Chaikovski a cargo de Michael Francis. En mayo, homenajeando a Unamuno, Guillermo García Calvo dio aire a la frescura, la transparencia, la energía rítmica y el fervor poético de la Renana de Schumann.
Entre los grandes músicos que han pasado por la Sociedad Filarmónica brillan con luz propia Isabelle Faust, que ascendió a las cumbres de las Sonatas y Partitas para violín solo de Bach, Vladimir Jurowski, que ofreció con Christian Tetzlaff y Chamber Orchestra of Europe un concierto de extremos claroscuros y contrastes, Janine Jansen, fuente de musicalidad y alto virtuosismo al violín, y el gran pianista que es Jorge Luis Prats. Dentro también del espacio de la música de cámara, dos cuartetos de cuerda han marcado el nivel del Ciclo de Música Contemporánea de la Fundación BBVA. Lo hizo el Diotima en junio con obras de Erkoreka, Lazkano, Torres y el formidable Cuarteto nº 2 de Zemlinsky, y lo ha hecho este mismo mes el Bretón con un programa de extraordinario valor que daba cabida a dos de las piezas de cámara más célebres de la posguerra: Black Angels de Crumb y Different Trains de Reich.