Deia: “Allegro molto”
Asier Vallejo Ugarte
Adelantábamos el pasado domingo algunas de las claves que marcan el primer trimestre musical de 2015 en Bilbao. Esta misma semana presenta no menos de cinco citas con nombres muy importantes en su haber, pero hay que tener cuidado con las expectativas. Montserrat Caballé fue una de las mayores sopranos del siglo XX y todo queda dicho en su honor. Ahora bien, ¡qué importante es saber retirarse a tiempo! El público que asista el martes al Arriaga sabrá escucharla con el respeto que merece. Como alternativa, a sólo unos metros, en el edificio San Nicolás del BBVA, el Ensemble Sinkro interpretará obras de Bernaola, García de la Torre, Llaneza, Lauzurika y esos tres colosos de la composición reciente que fueron Harvey, Carter y Ohana, con abundante presencia de percusión y electrónica. Será dentro del Ciclo de Música Contemporánea de la Fundación BBVA.
El jueves volverá Javier Perianes a la Sociedad Filarmónica, de la que comienza a ser un clásico. A su pianismo (de extraordinaria hondura y personalidad) se sumará el violonchelo de Adolfo Gutiérrez, otro de los imprescindibles de su generación. Juntos indagarán en la música de Schubert, Schumann, Mendelssohn y Brahms, todos ellos esenciales en el repertorio de todo instrumentista que aspire a lo más alto, donde mora desde hace décadas Joaquín Achúcarro. Nuestro gran pianista interpretará el viernes, dentro de la temporada de la Sinfónica de Euskadi, el Concierto para piano en la menor de Grieg, obra de armonías claras y contornos líricos, pero a la vez plagada de dificultades que pondrán a prueba la salud de unos dedos que superan los ochenta. La velada, dirigida por Josep Caballé-Domenech, se completará con la Obertura sinfónica sobre un tema de canto llano de Usandizaga (en 2015 se cumple el centenario de su muerte ¡a los veintiocho años!) y con la Tercera sinfonía de Rachmaninov.
Culminará la semana el sábado con el estreno de Werther de Massenet, exponente máximo de la opera lyrique, suerte de subgénero con el que los compositores franceses del último tercio del XIX trataron de encontrar un espacio propio ante el dominio aplastante en toda Europa de Verdi y Wagner. Encabezará el reparto Roberto Alagna, tenor de tenores, sobre puesta en escena de su hermano David y con dirección (al frente de la BOS) de una auténtica leyenda de la música francesa como es Michel Plasson, a quien debemos, entre otras cosas, la fabulosa grabación de Werther que a finales de los setenta realizó para EMI el siempre recordado Alfredo Kraus.