Deia: “Pasiones vivas”
Asier Vallejo Ugarte
Musika-Música. Palacio Euskalduna. 6-III-2015. Concierto nº 10. Passamezzo Antico. “La Biblioteca de Bach”. Concierto nº 8. Euskal Barrokensemble. Laúl y dirección: Enrike Solinís. Obras de Haendel. Concierto nº 3. Solistas. Chorus Musicus Köln. Das Neue Orchester. Director: Christoph Spering. Bach, La pasión según San Juan, BWV 245.
A las 23:30 horas del viernes terminaba en el auditorio del Euskalduna Christoph Spering su interpretación de La pasión según San Juan, la primera obra de amplia escala escrita por Bach como Director Musices de la ciudad de Leipzig, donde repartiría su actividad entre las necesidades de la escuela y las cuatro iglesias. Las pasiones, concretamente, se preveían como parte del oficio religioso del Viernes Santo y participaban de la tradición luterana de poner en música la narración de los tormentos y la muerte de Cristo. Obra de admirable arquitectura, en la que los corales y las arias aseguran por completo la estabilidad armónica, fue muy bien recibida por un público que, puede que en su mayor parte, nunca antes la había escuchado en directo. El Chorus Musicus Köln no será un milagro como el Coro Monteverdi de Gardiner o el Collegium Vocale Gent de Herreweghe, referencias supremas en Bach, pero su igualdad, su homogeneidad y su transparencia llenaron el auditorio y se articularon perfectamente con la visión que de esta música ofreció Spering, una visión en coherencia plena con la atmósfera poética que la envuelve. Su Das Neue Orchester le siguió de maravilla y en los instantes de mayor temperatura dramática contó con un Evangelista (Lothar Odinius) muy implicado. Los demás solistas, aunque estilistas, no estuvieron a esa misma altura en el plano estrictamente vocal.
En el frente opuesto a la Pasión, el grupo Passamezzo Antico (Pedro Gandía Martín, Itziar Atutxa y Juan Manuel Ibarra) mostró varias de las obras de cámara falsamente atribuidas a Bach durante muchísimo tiempo, piezas prácticamente desconocidas que en algún momento fueron copiadas a mano por el compositor. Siempre en Musika-Música caben las sorpresas y la fabulosa Sonata para violín y bajo continuo BWV 1024, que puede ser obra de Johann Georg Pisendel (un violinista que coincidió con Bach en Weimar en 1709), fue sin duda una de ellas. Pero tuvo aún más interés el concierto liderado por el laudista Enrike Solinís, ya que, aparte de dar con el tono intimista del Concierto per il Liuto HWV 294a de Haendel, supo llevar al Euskal Barrokensemble por la senda del color y la fantasía en diversas danzas de las óperas Alcina y Ariodante, marcadas ambas por la poderosa influencia del teatro musical francés de la época.
1 comentario
Hay que buscar espacios de mayor capacidad. El aforo del Aretoa de la UPV-EHU, se ha quedado pequeño para acontecimientos de la envergadura de este.