Joseba Lopezortega /
Publicado en www.mundoclasico.com el 9 de junio de 2015
La Orquesta Sinfónica de Euskadi, Euskadiko Orkestra, ha presentado su primera programación desarrollada bajo la responsabilidad de Jun Märkl como director titular y de Oriol Roch como director general. El resumen que puede hacerse de su oferta es que la OSE confía en sus instrumentistas, pero también y principalmente en su público, al que concibe como un colectivo capacitado y maduro, junto al que poder apostar y asumir riesgos: un compañero de viaje en la fascinante aventura de hacer música. Así, la OSE tensa su arco para alcanzar objetivos que van más allá de llevar gente a los conciertos, y entre esos objetivos está contribuir a la evolución de la sociedad vasca en términos estéticos y culturales. Un trabajo propio de una sociedad pública, y además un trabajo de fondo, serio, que prescinde de nombres de campanillas.
Una programación de calidad no garantiza una buena temporada en términos de resultados artísticos, pero es más loable y meritorio apuntar lejos y soltar la mano que guardar las flechas en la aljaba y decir “no he errado el tiro” porque simplemente no has disparado. La Serenade de Bernstein o el Kullervo de Sibelius pueden no tener el tirón popular del Mesías de Haendel o la Novena de Beethoven, pero sin embargo su presencia en una programación tiene mucho más sentido. No significa que las obras más populares no deban hacerse, sino que programar en el siglo XXI pasa por entender que colaborar a la evolución de la sociedad y la cultura implica ofrecer al público precisamente, y ante todo, aquello que quizá no conoce tanto. Eso es lo que sitúa a una orquesta como un instrumento cultural y social estratégico o como una medianía. A la vista de la programación elaborada por la OSE, y a la espera de la ulterior calidad artística de la temporada, la Euskadiko Orkestra merece una efusiva felicitación por su programación.
Contenido esencial de la temporada
Además de las mencionadas y sobresalientes Kullervo y Serenade, la OSE ofrecerá sinfonías de Mahler (4ª), Bruckner (4ª y 7ª), Prokofiev (5ª), Beethoven (5ª), Chaikovski (6ª), Sibelius (7ª) y Brahms (3ª). Los conciertos para instrumento solista y orquesta son tres para piano (2ª de Chopin, 4º de Beethoven y Concierto en Sol mayor de Ravel), dos para violín (Korngold y Berg) y uno para violonchelo, el número 2 de Shostakovich.
La OSE continúa también su trabajo de divulgación de la obra de compositores vascos, con obra de De Pablo (estreno absoluto de Pensieri, rapsodia para flauta), Iñaki Estrada (estreno absoluto de …laino argidun artean…) y Pascal Caigne (Hypnos variation). Mención aparte merece la presencia en la temporada de obras de Maurice Ravel, pues además del mencionado concierto la OSE ofrecerá Valses nobles y sentimentales y Daphnis y Chloé.
El ballet regresa a la temporada de nuevo en colaboración con el Malandain Ballet Biarritz, que reúne bajo el nombre de La Bella y la Bestia fragmentos de las sinfonías 5 y 6 y la Polonesa y Vals de Eugene Oneguin, de Chaikovski.
Solistas y coros
La OSE trae a su temporada instrumentistas de calidad contrastada, pero desconocidos (salvo error de quien escribe) en los escenarios vascos: los pianistas Tamar Beraia (la georgiana es conocida en el Estado al menos desde su participación en el Paloma O’Shea de 2012), Ingrid Fliter y Alexander Lonquich, los violinistas Jack Liebeck, Viviane Hagner y Jennifer Koh, el cellista Alban Gerhardt y el flautista Roberto Fabriccio, a quien dedica De Pablo su Pensieri. En el capítulo de cantantes Markus Nieminen, Marjukka Tepponen, Clara Mouriz, Zoe Nicoladau y Raquel Lojendio, que ofrecerá El sombrero de tres picos de De Falla con dirección de José Ramón Encinar sólo unos meses antes de cantarla con la Berliner Philharmoniker y dirección de Juanjo Mena en Berlín.
En indudable la apuesta de la orquesta por prescindir de nombres fetiche.
Los coros participantes en la temporada son el legendario Easo donostiarra, que afronta Kullervo y celebra sus 75 años, y la Coral Andra Mari, que cumple 50 y cantará Daphnis y Chloé.
Directores
Jun Märkl dirige cuatro programas, y el principal invitado Andrey Boreyko sólo uno. Regresan al podio de la OSE Ari Rasilainen, José Ramón Encinar y Cristoph König, y se presentan Ainars Rubikis, Robert Treviño y Juraj Valcuha. El letón Ainars Rubikis ganó el concurso de dirección Gustav Mahler de Bamberg en 2010, y desarrolla una firme carrera internacional. Dirigirá el programa que integra el Concierto para violín y orquesta de Erich Korngold y la Patética de Chaikovski. El norteamericano Robert Treviño atesora importantes galardones y también está trazando una sólida carrera como director, y dirigirá un programa con la Sinfonía número 7 de Bruckner como plato fuerte. En cuanto al eslovaco Juraj Valcuha, que cierra temporada con la difícil y hermosa Serenade de Bernstein y la Sinfonía número 5 de Prokofiev, es titular de la Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI de Turín, y ha dirigido varias de las más importantes formaciones sinfónicas de Europa y Estados Unidos.