Pablo Cepeda /
Un recorrido musical de más de 80 años, pasando por 10 autores (desde Eslava a Guridi o Torres) y sus correspondientes transformaciones tímbricas y de estilo es la propuesta del organista e investigador Jesús Gonzalo para su concierto de este viernes (Iglesia de San Vicente de Barakaldo, 20h).
Contexto histórico
El mundo de la música para órgano vivió a mediados del siglo XIX un cambio revolucionario, el paso del órgano “antiguo” (el barroco) al “moderno” (el romántico). El concierto del próximo viernes pretende describir este proceso haciendo un paseo sonoro con algunos de sus autores más representativos.
Partiendo del final del estilos barroco y clásico en los órganos, acaecido en el paso del XVIII al XIX y tras el declive que supusieron las leyes de desamortización en España y la revolución de 1791 en Francia tanto en la construcción de instrumentos como para la dotación de músicos de nivel para las capillas musicales y organistías, un nuevo gusto fue instalándose a lo largo del siglo XIX en las ciudades europeas y en sus habitantes, en especial los pertenecientes a la burguesía.
En Francia el gusto por la ópera cómica llegaba al interior de los templos (Saint-Säens fue requerido a interpretar más música de este género y menos preludios y fugas). En nuestro país, gran parte de la infraestructura musical sacra se viene abajo y la práctica del órgano se vio reemplazada en muchos casos por la música de piano que glosaba la ópera, cuando no las polkas y otros bailables, habiendo abandonado todo el estudio de los maestros antiguos (Cabezón, Correa de Araujo, Bruna…) Como muestra, este divertido fragmento del capítulo XXIII de “La Regenta”
Por último en Italia, durante buena parte del siglo XIX, era normal que el órgano cumpliera la función de banda del pueblo (dotado con diversos accesorios de percusión: platillos, bombo…) dando a conocer los grandes temas operísticos mediante su inclusión en la liturgia (por ejemplo citas literales de “La Traviata” como versos del Gloria de la misa). Un pequeño ejemplo en este vídeo.
Como reacción a todo lo anteriormente descrito, fueron surgiendo diversos movimientos en favor de la recuperación de los principales elementos de la música sacra. En Francia Niedermeyer creó en 1853 la Escuela de música religiosa y clásica con el propósito de basarse en el canto llano, la tradición polifónica de Palestrina y la música de órgano de J.S. Bach.
A este lado de los pirineos la principal figura fue el navarro Hilarión Eslava, cuya trayectoria como maestro de capilla de la Catedral de Sevilla (1832), maestro de la Capilla Real de Madrid (1844), profesor (1854) y director (1866) del Conservatorio de Madrid le otorgaron una gran influencia en el mundo musical y del órgano en particular. Su obra “Museo orgánico español” de 1853 pretendía mejorar la música de órgano y establecer el verdadero género orgánico-religioso.
Eslava no escapó a un cierto influjo italianizante, aunque su música supuso un punto de partida con personalidad propia sobre la que fue desarrolándose la música para órgano. Posteriormente vendrían los Gorriti, Iñiguez, …y ya en el umbral del siglo XX las influencias románticas francesas en Bernardo Gabiola o impresionistas en Eduardo Torres.
De manera paralela a esta evolución en el lenguaje musical, los nuevos instrumentos de estilo romántico, con profusión de juegos orquestales, sonidos más empastados y un sonido más redondo fueron ocupando el espacio de instrumentos antiguos que fueron desechados, en muchas ocasiones por un mantenimiento insuficiente en decenios anteriores, y en otros casos por un cambio en los gustos.
Eslava también tuvo un importante papel a la hora de promover la llegada de los nuevos instrumentos procedentes de Francia, pero al mismo tiempo estimuló a los organeros nacionales sugiriendo que incorporaran los adelantos técnicos y fónicos incluidos en los órganos románticos europeos.
El concierto
El programa del concierto recorre mediante piezas relativamente cortas este enorme cambio aquí descrito con abundante presencia de autores vascos, entre los cuales Bernardo de Gabiola y Jesús Guridi fueron los más influyentes, entre otras razones porque ocuparon la cátedra de órgano que Hilarión Eslava fundara el siglo anterior.
El concertista Jesús Gonzalo López, tiene una larga carrera tanto como organista, investigador y asesor técnico en restauraciones de órganos. Como intérprete ha actuado en una decena de países de Europa, África y América habiendo grabado un total de 15 discos. Es autor de numerosos estudios históricos ,principalmente en el territorio aragonés , entre los que destaca el “Catálogo de órganos históricos de Teruel” de casi 400 páginas.
El órgano
Obra de Aquilino Amezua (1847-1912), considerado el organero más importante de nuestro pais en el siglo XIX. Conserva elementos de las dos escuelas mencionadas: la barroca y la romántica, no en vano era hijo y nieto de organeros y al mismo tiempo había completado su formación en Europa. En un primer golpe de vista llaman la atención las hileras de tubos de trompetería horizontal, heredera del órgano barroco. Del órgano romántico están presentes juegos de tubería como la flauta armónica, el fagot-oboe, la Voz Humana, o la Voz Celeste. Inaugurado el 24 de Octubre de 1891 se anunció en la prensa de la época como un instrumento que contaba con todos los adelantos técnicos modernos.
Vemos, pues, que tanto intérprete como instrumento se prestan a una interpretación fiel de la música que integra el programa. El concierto además será proyectado en pantalla gigante para que el público asistente pueda seguir la interpretación del organista como si estuviera en el coro.
Con entrada libre hasta completar aforo, el concierto es patrocinado por el Area de Cultura del Ayuntamiento de Barakaldo y la Bizkaiko Foru Aldundia, Diputación Foral de Bizkaia forma parte del X Festival de Órgano de Bizkaia “Bizkaiko hotsak” organizado por la Asociación de Amigos del Órgano de Bizkaia “Diego Amezua”.
© Pablo Cepeda Gutiérrez, Bilbao, 2015