El Correo dedica hoy un cariñoso artículo a la Asociación Musical Alfredo Kraus, recientemente disuelta en Bilbao. El el artículo, Isabel Urrutia recuerda que “sin competir con la ABAO o la temporada del Arriaga, [AMAK] había asumido el compromiso de ofrecer en Bizkaia recitales y conciertos que servían de trampolín a los jóvenes cantantes de Euskadi y Navarra”.
La periodista ha charlado con Jesús María Casado, presidente de AMAK, y otros miembros de la Asociación. Casado sostiene en el artículo: “Ni se nos pasaba por la cabeza seguir a costa de trampillas o -¡lo peor de lo peor!- de la decadencia de la asociación. Llevamos más de dos años tanteando la sucesión y hasta aquí hemos llegado. No hemos encontrado candidatos. Hasta ahora, desde que fundamos AMAK en 2001, hemos sacado adelante todos los proyectos pero ya empezaba a darnos miedo el riesgo económico. ¿Qué pasa si no llenamos el Euskalduna en el concierto que organizamos en diciembre todos los años? Hombre, si fuéramos más jóvenes, nos preocuparía menos”.
El artículo detalla el arco presupuestario en el que se ha venido moviendo la Asociación. Escribe Urrutia: “Partían de un presupuesto anual modesto -cerca de 18.000 euros- pero gracias a las ayudas públicas y a los buenos contactos en el sector empresarial no tenían dificultades en disparar ese importe hasta rondar los 100.000 euros. En 2012 el Gobierno vasco les concedió la categoría de entidad de utilidad pública. El apoyo privado se traducía, entre otras cosas, en la compra de un porcentaje de entradas con motivo del Concierto de Fin de Año en Homenaje a Kraus que se celebraba en el Euskalduna todas las temporadas. «Y conste que la gente venía, no había huecos en el auditorio. ¡Se llenaba! El Orfeón Donostiarra era una presencia habitual y los solistas eran cantantes jóvenes que cogían experiencia. ¿Lo mejor de todo lo que ofrecimos? Pues, mira, una interpretación soberbia de ‘Mefistofele’ de Boito, allá por 2009. Jaja, el éxito fue tremendo… Pero también una cosa te digo: lo más valioso era el fin benéfico. Entre 2003 y 2015, llegamos a recaudar 135.683 euros para trece colectivos (Asociación contra el Cáncer, Fundación Síndrome de Down, Aspanovas, Centro Ocupacional Rafaela María de Zorroza…)”
Llena de respeto hacia la labor desarrollada por AMAK, Isabel Urrutia describe a un grupo de responsables apasionados por la ópera y muy ameno y activo, desgranando anécdotas sobre sus relaciones y atenciones con distintos artistas. Pero, por encima de todo, Urrutia destaca cómo AMAK estaba volcada en dar oportunidades a las nuevas generaciones de la lírica: “La pasión predominante de AMAK eran las nuevas generaciones, por eso impulsaron las ‘Primaveras Musicales’ con la única finalidad de brindar a los más jóvenes oportunidades de foguearse delante del público. Se apostaba en estos casos por el formato de recital, con acompañamiento de piano, y se hacía parada cada temporada en un puñado de auditorios, ya fueran de Zalla, Gernika, Astrabudua, Bermeo, Getxo… Hasta 52 localidades de Bizkaia acogieron en los últimos doce años las veladas de las ‘Primaveras Musicales’. Entre los afortunados que cantaron en esas ‘minigiras’, con ilusión y miedos de principiantes, no faltan nombres que en la actualidad vuelan muy alto como José Luis Sola, Andeka Gorrotxategi, Mikeldi Atxalandabaso, Marifé Nogales…”