El Te Deum de Héctor Berlioz, obra que precisa de un aparato orquestal y coral de gran magnitud, clausura mañana la 77ª edición de la Quincena Musical donostiarra, sumando a las orquestas de Euskadi, OSE y BOS, junto a los coros Orfeón Donostiarra, Orfeón Pamplonés, Easo Eskolania y Araoz Gazte Abasbatza, el tenor Christian Elsner y el organista Thomas Ospital, con la dirección del maestro Víctor Pablo Pérez. Ejerce el rol de concertino Lorenz Nasturica Herschcowici, de la Sinfónica de Euskadi.
El escenario de Kursaal se amplía para acoger a un total de 400 intérpretes y su excelente acústica se verá fuertemente exigida. La respuesta del auditorio es uno de los elementos de interés del concierto. Otro es la reunión en un concierto de las orquestas vascas, primera vez en el escenario de un auditorio, aunque ya actuaron juntas en la inauguración del Museo Guggenheim Bilbao.
El Te Deum, finalizado en 1849, es notable por su monumentalidad, que convierte en infrecuente su interpretación. En su estreno Berlioz reunió a casi mil intérpretes en la iglesia de Saint-Eustache, en París.