Joseba Lopezortega /
El getxotarra Fernando Velázquez ha visto reconocido su trabajo como compositor de bandas sonoras en la gala de los Premios Goya, al alzarse con el galardón por Un monstruo viene a verme imponiéndose a Julio de la Rosa (El hombre de las mil caras), Alberto Iglesias (Julieta) y Pascal Gaigne (El olivo), un cuarteto de candidaturas dominado por compositores vascos. Tanto Velázquez como Gaigne mantienen una estrecha relación con la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Velázquez ya había sido nominado al Goya en tres ocasiones, por El orfanato (2008), Lo imposible (2013) y Ocho apellidos vascos (2015).
Con una sólida formación, eficaz y ecléctico, en Un monstruo viene a verme Velázquez ha sabido amoldar y someter a su estilo influencias y evocaciones de compositores de un arco muy amplio, que en el terreno audiovisual abarca desde Danny Elfmann o John Williams a quizá Hisaishi o Ramin Djawadi. Velázquez sabe escuchar y componer, y sobresale cuando se maneja entre clichés, una capacidad indispensable actualmente en el mundo de las bandas sonoras, que priman la efectividad. En ese sentido, la banda sonora de Un monstruo viene a verme establece sólidamente a Velázquez como un compositor con una capacidad de adaptación y una amplitud creativa capaces de conducirle exitosamente a cualquier reto futuro. El Goya 2017 sólo puede empujarle en esa dirección, marcando un hito en una trayectoria por la que todos nos felicitamos.
La banda sonora de Un monstruo viene a verme se grabó con la Orquesta Sinfónica de Euskadi en Miramón en enero de 2016.
1 comentario
Velázquez posee otra faceta además de la de compositor: maneja la dirección orquestal con la sabiduría de un director experimentado y una intuición brillante.
Apuesto por él en el podio.