Joseba Lopezortega /
El actual presidente de la Sociedad Coral de Bilbao une a su dedicación a esta entidad una intensa actividad empresarial en el sector de la industria alimentaria y la distribución. Preside la prestigiosa entidad bilbaína desde 2013, y en estas fechas afronta unas elecciones en las que puede ver extendida esa responsabilidad para los próximos cuatro años.
Seguidor del Athletic, casado y con dos hijas, Lanzagorta ama el deporte, la amistad y la familia. También disfruta de Becky, la mascota de la casa, y encara la vida con talante positivo y optimista en todas las cosas que hace.
La actual Junta reúne a personalidades indudables de la sociedad musical y la cultura de Bilbao, ¿qué permite a la Coral disponer un equipo directivo semejante?
La Junta que presentamos es muy diversa. Hay personas del mundo empresarial e institucional que aportan sus contactos y la facilidad de entablar nuevas relaciones. Además hemos querido completar ese perfil con más coralistas, padres de alumnos y profesionales de la casa. Creemos que este tipo de junta, amplia y con diferentes perfiles, es muy buena para la Sociedad Coral de Bilbao.
¿Son satisfactorias las relaciones con otras instituciones culturales y musicales de la ciudad? ¿Cree que pueden intensificarse? ¿Con qué objetivos?
Las relaciones son buenas, con raíces históricas y con una vigencia indudable, pero también nos gustaría profundizar en ellas. Este curso por ejemplo tenemos el importante proyecto del War Requiem de Britten en el Teatro Arriaga, además de los conciertos con la BOS, la OSE, Musika-Música… Pero nos gustaría poder acometer nuevos proyectos, tanto en nuestra ciudad y en nuestro Territorio como en un ámbito más amplio.
Recientemente la OSE ha vuelto a desempolvar en parte la ópera Gernika de Escudero, dándola en su temporada con la Coral en el escenario, ¿incentiva actualmente la Coral la producción de obra? ¿Tiene Vd. planes al respecto para un futuro inmediato?
Somos conscientes de que este es uno de los retos que nos corresponde materializar. El último año hemos hecho dos encargos, a Fernando Velázquez y a Jesús Eguiguren. En septiembre haremos el estreno en Europa de una obra relevante. Queremos ser activos en este campo y tenemos planes para ello, planes que hemos compartido con instituciones que los han valorado como muy interesantes.
Su equipo ha adoptado iniciativas para captar voces, y parece que la Coral está presente en los medios y en la sociedad como una organización pujante y dinámica, ¿es importante para la Coral esa proyección social?
Sin duda. Tenemos que ser imaginativos, incluso rompedores. Desde mi visión de empresario estoy acostumbrado a innovar y a trabajar en equipo. Intentamos llevarlo a cabo también en la Coral. La Coral es un proyecto de consenso, de construir, y eso se tiene que contar. Estos días revisando el dossier de prensa del 2016 me he sorprendido del eco que tiene nuestra actividad en los medios.
La actividad y rentabilidad del Conservatorio está sujeta al vaivén de las matriculaciones, al menos en parte, ¿por qué asume la Coral la necesidad de impartir enseñanza musical?
Es parte de nuestro compromiso de servicio a la comunidad. Hay muchas posibilidades y centros para aprender música, pero la Coral ofrece todo un conjunto de posibilidades que la hacen algo único. Es la música como una experiencia total en un entorno con muchas posibilidades: coro, orquesta, grupos instrumentales, escenarios relevantes…
¿Sirve el conservatorio para crear cantera con vista a los coros?
Sí, sirve. La “ruta” conservatorio, coro infantil, Euskeria y coro mixto es clara. El servir de cantera es uno más, no el único, de los objetivos del conservatorio.
¿Existe una buena fluidez entre las distintas formaciones corales? Los niños y niñas, ¿van progresando en la Coral hasta cantar como senior?
Estamos trabajando en este tema con nuestro director artístico Enrique Azurza y los directores del coro infantil (José Luis Ormazabal) y del Coro Euskeria (Urko Sangroniz). La programación ha de ser atractiva en cada uno de los coros, y también hay que cuidar la trayectoria de cada coralista, para que vayan pasando de uno a otro en virtud de la edad y la experiencia.
La Coral ejerce un papel de indudable liderazgo entre las agrupaciones corales del Territorio, ¿trabajan la cantera más allá de la ciudad?
De momento el paso que estamos dando, que me parece muy importante, es el de llevar la actividad coral a centros educativos. Es un cambio de paradigma: salir de nuestra sede para llevar a otros lugares lo que sabemos hacer y nos gusta, en un alto grado de colaboración. De momento todas las alianzas son con centros de Bilbao, pero también tenemos alguna propuesta en el entorno.
La presencia en la Coral de un profesional de la gestión como Iñigo Alberdi, ¿responde a una necesidad de modernizar las estructuras de la entidad? ¿Qué se está haciendo?
Tenemos la suerte de contar con un gerente de primera línea que cree en el proyecto y que está aportando su visión y su buen hacer. Estamos muy contentos con su labor y con la de todos los profesionales de la casa. El objetivo no es otro que proyectarnos hacia el futuro con ideas, modos y dinámicas nuevas.
En una entrevista que le hice a Iñigo Alberdi hace unos meses se mostraba convencido de poder mantener una Coral de alta calidad en términos de amateurismo, ¿no contempla Vd. al menos la semiprofesionalización a medio plazo?
La Coral ha sido siempre amateur y creemos que debe seguir siéndolo. Conozco otros proyectos parecidos al nuestro que han apostado por fórmulas mixtas, pero no es nuestro modelo al menos en un plazo medio. Debemos apoyar y mimar a los coralistas, a nuestras familias y su entorno.
Es probable que encare su reelección como presidente con nuevos planes de renovación, ¿desea aventurar alguna línea de trabajo novedosa en concreto?
Trabajo en equipo, seguir innovando, captando nuevos patrocinios y dejando trabajar a nuestros profesionales. Me encantaría que tuviésemos una presencia social realmente importante y también que volviésemos a ser embajadores con las mejores orquestas y directores.