Itziar Larrinaga /
El pasado sábado 15 de septiembre a las 19:00 horas se presentaron en la iglesia de Santa Marina de Otxandio dos nuevos órganos positivos realizados en el taller de organería de J. Sergio del Campo Olaso. En el acto participaron el mismo organero así como el director de Eresbil Jon Bagüés, el compositor y organista Sabin Salaberri, el gerente de la Sociedad Coral de Bilbao y director artístico de la Semana de Música Antigua de Estella-Lizarra Iñigo Alberdi, y la coordinadora de investigación e innovación de Musikene Itziar Larrinaga. A las 20:00 horas tuvo lugar un brillante concierto a dos órganos a cargo del A2 dúo formado por Ana Belén García y Ana Aguado.
Hoy entrevistamos a J. Sergio del Campo en su localidad natal de Otxandio. Lleva más de 20 años dentro del gremio de la organería: ha trabajado en el taller de Federico Acitores; fue designado por éste para poner en marcha el taller diocesano de restauración de órganos de La Rioja; y posteriormente trabajó en el taller de Martin Goetze & Dominic Gwynn en Welbeck (Gran Bretaña), experiencia que le marcó profundamente y donde tuvo una gran responsabilidad en las restauraciones del órgano del Convento de Santa Clara de Santiago de Compostela, el de la Baptist Church de Ponsonby (Nueva Zelanda) y del órgano de St. Botolph en Londres. En 2006 regresó a Otxandio, donde creó la sociedad J. Sergio del Campo y Alejandro Turanzas.
Entre los trabajos que ha desarrollado en Euskadi cabría destacar la vuelta a su estado original del órgano Amezua de Santa María de Amorebieta y también la restauración del órgano Lope Alberdi de Abadiño. Además es preciso poner de relieve su faceta investigadora, uno de los sellos distintivos de su taller. Del Campo cuenta con una larga lista de publicaciones de las que sobresalen sus estudios sobre la figura del famoso organero Aquilino Amezua. En 2014, decidió realizar un paréntesis en su carrera y centrarse en uno de sus principales sueños: el diseño y la creación de un nuevo modelo de órgano positivo.
¿Qué te ha conducido a construir órganos nuevos?
Desde que inicié mi andadura como organero, hace ya muchos años, he trabajado con intensidad tanto en la restauración de órganos como en la construcción de órganos nuevos. Posteriormente, desde que me puse a trabajar por mi cuenta, era mi ilusión el aportar algo propio que expresara quién soy, qué hago y cómo lo hago. Centrarme en la creación de un órgano propio ha sido un salto al vacío, una entrega total y diría también incondicional a la profesión, que ha sido posible gracias al apoyo de toda mi familia.
De manera sencilla, ¿puedes explicarnos qué es un órgano positivo?
Los órganos son instrumentos que pueden presentarse en formatos muy variados en función de su finalidad y de su uso. Pueden clasificarse en diversas categorías, como por ejemplo los portativos, que son aquellos que se llevan en brazos mientras se tocan; los procesionales, que son los que pueden llevarse en andas o sobre un carruaje mientras transcurre una procesión; los positivos, que son los que pueden trasladarse de un lugar a otro pero que para poderse tocar necesitan estar posados o en reposo; y los órganos de coro o de tribuna. Estos son los más habituales en nuestros templos: se ubican en un emplazamiento fijo y determinado, y una vez que se colocan no se pueden mover. El prototipo que he diseñado y construido corresponde a la definición de un órgano positivo en forma de arca, de un único teclado, fácilmente transportable y con cómoda accesibilidad a su interior.
¿Cuál ha sido el proceso de diseño?
El diseño ha sido muy detenido y meticuloso. Para ello, me he basado en el concepto de diseño modular, de cara a obtener una mayor flexibilidad a la hora de definir las características del instrumento según las preferencias del futuro usuario. Esto permite que los principales componentes del órgano (mueble, secreto, tubería, transmisiones, etc.) sean desmontables y reorganizables a través de módulos bien definidos sin tener que modificar el resto del diseño, incluso con la posibilidad de que los módulos sean reutilizables e intercambiables al generar un nuevo órgano cuyas características sean diferentes de aquellas para las que fueron concebidos anteriormente. Sin lugar a dudas, un buen diseño es la mejor expresión de la esencia de un instrumento cuya creación no sólo obedece a su estética, sino también a sus aspectos funcionales. El objetivo ha sido desde un inicio ofrecer un órgano positivo visualmente elegante, pero que cumpla asimismo con las exigencias prácticas más variadas.
Y con todo esto, ¿cómo se construye un órgano?
Pues te lo voy a explicar muy brevemente para que lo entiendas: con mucha paciencia.
¿Qué destacarías del órgano?
El diseño modular permite combinar las ventajas de la estandarización con las de la personalización
Yo destacaría sobre todo su calidad en todos sus aspectos y su capacidad innovadora derivadas del diseño modular y que aporta muchísimas ventajas. Esto permite combinar las ventajas de la estandarización con las de la personalización del instrumento. En cuanto a su versatilidad, por ejemplo, el órgano ofrece la posibilidad de aplicar cualquier temperamento para su afinación; el diapasón o tono de referencia es transportable en cinco semitonos moviendo fácilmente el teclado; la tubería y el mecanismo son fácilmente accesibles, etc. Otra cosa que destacaría es que el teclado es muy preciso y regulable en fuerza a gusto del usuario. La versatilidad siempre es un reto a superar en un instrumento de estas características debido a las limitaciones de espacio. Este es el motivo por el que muchos órganos existentes en el mercado presentan en mayor o menor medida serios inconvenientes. En este aspecto estoy satisfecho de haber contribuido a superar las limitaciones más habituales de los órganos de tamaño reducido.
¿Cómo resultó la presentación del pasado 15 de septiembre?
Interesante en muchos aspectos, pero sobre todo marcada por la emoción. Por un lado por la calidad y las prestaciones de los dos instrumentos, de cuyos resultados estoy plenamente satisfecho; por otro, por la calidad de las intérpretes, que brillaron no sólo por su depurada técnica, sino por su capacidad de transmitir emociones al público. Además, fueron muy enriquecedoras las aportaciones de quienes participaron en la presentación: Jon Bagüés, Sabin Salaberri, Iñigo Alberdi y tú también, Itziar.
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Y el público, ¿cómo recibió los instrumentos?
La iglesia estuvo a tope y el feedback posterior fue extraordinario. Habría que añadir a lo ya dicho, otros dos factores que marcaron este acontecimiento de una manera muy especial: los órganos, además de haber sido diseñados y construidos por un organero del pueblo que le vio nacer, son, a pesar de sus reducidas dimensiones, los primeros órganos hechos en Euskadi desde hace casi 50 años; ¡ya es decir!, si tenemos en cuenta la actividad organera de este país a lo largo de la historia. Además, desde 1936 no se escuchaba un órgano de tubos en la parroquia de Santa Marina. Así es que el acto de presentación lo dediqué a Santiago de Herdoiza, organero natural de Elorrio, que murió en Otxandio en 1797 en la más profunda miseria. Fue el autor del monumental órgano de nuestra iglesia, hoy en día desaparecido: que con su soberbia planta y magnífica presentación de conjunto, todavía en nuestros días podría decirse que era uno de los más bellos, gallardos y elegantes. Nuestro paisano José Azcúnaga, tal y como lo expresaba en su trabajo inédito Fiestas de Santa Marina en Ochandiano, recordaba en tiempos de su niñez aquel antiguo órgano como el mejor del mundo. Zorijonak zuri baitte Santiago Herdoiza!
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Es pronto para responder esa pregunta. En principio necesito reposar después de tanto trabajo y dedicar el próximo año a la promoción de los instrumentos. En esto me ha abierto los ojos Iñaki Cantón Uriondo, que ha colaborado conmigo en la parte final de la construcción de ambos órganos. Como punto de partida estos dos instrumentos los mantendré conmigo para alquilarlos, y en lo sucesivo trabajaré bajo pedido. También me voy a centrar en comunicar mi regreso con fuerza a la actividad de la restauración y del mantenimiento de órganos, de la que he estado apartado mientras daba a luz este proyecto y ayudaba en la crianza de mis tres preciosas hijas.