Nora Franco Madariaga/
Hace unas semanas comentábamos que, cuando llega Musika-Música, hay quienes prefieren dosificarse y quienes se dan un atracón. Y luego está lo mío, que raya en la sobredosis. Más, si cabe, cuando tenemos en cuenta que me prodigo por ambos lados del escenario y que, por tanto, mis compromisos artísticos merman considerablemente mis opciones de selección.
En esta última edición asistí a trece conciertos de los quince que tenía previstos –tres desde el escenario, diez como espectadora, la cabeza ya no daba para más– y, aunque la oferta era amplia y sugerente, me decanté, en su mayoría, por las grandes orquestas y agrupaciones. No tengo nada contra solistas y pequeños grupos de cámara, al contrario, pero me muevo con más soltura y comodidad en el gran sinfonismo.
Así pues, después de un buen reposo físico y mental y un pequeño espacio de tiempo que ha ayudado a pasar a limpio y tamizar este empacho, me quedo con una visión de lo vivido durante Musika-Música desde una perspectiva más alejada, amplia y relajada, a vista de pájaro por decirlo de algún modo o, para ser modernos, de dron:
Las orquestas
Seis son las grandes orquestas que pude escuchar durante el festival –todas salvo la OSPA, con esa pena me quedo–, y es una verdadera maravilla poder disfrutar casi seguidas en un mismo espacio distintas orquestas sinfónicas, una ocasión imperdible para poder comparar sus –tan– distintas sonoridades y apreciar realmente la idiosincrasia, el carácter, la personalidad de cada una de ellas… y también de poner en perspectiva a las que escuchamos más habitualmente. De la misma forma, sentir la misma orquesta en dos salas distintas también nos da muchas pistas sobre la acústica de los espacios, siempre a tener en cuenta.
La BBC Philharmonic de Manchester participaba por primera vez en el festival, arrastrada probablemente por ese (re)acercamiento que tiene hacia Bilbao últimamente el que fue hasta junio de 2018 su titular Juanjo Mena. No era la primera vez que venían por estas tierras, pero sí la primera que los escuchábamos en el Euskalduna, donde se pudo apreciar en toda su amplitud su sonido rotundo, enérgico y equilibrado, que pecó de intensidad en algunos de los pasajes más intimistas de Elgar pero que dejó la sensación inequívoca de estar ante una gran orquesta, potente y de gran carácter, que trata a la música de tú a tú.
La otra novedad de este festival era la Orquestra Simfònica Camera Musicae, una agrupación muy joven de la que, a priori, eran de esperar docenas de pecados fruto de la inexperiencia pero que, a pesar de alguno de esos pecadillos, mostró un sonido bien elaborado, cargado de energía, entusiasmo y mucha transmisión. Un trabajo realmente fresco realizado con profesionalidad y buenos resultados.
El resto de orquestas son bien conocidas por estos lares. La Orquesta Sinfónica de Galicia volvía un año más al Euskalduna, esta vez sin su titular, con el buen hacer al que nos tienen acostumbrados: los metales bien armados y con el sonido adelantado, las maderas equilibradas y sólidas, la cuerda compacta pero ligeramente escasa de volumen, componen un conjunto que, aunque no está del todo balanceado, en general funciona bien pese a que su rango de dinámicas no es todo lo amplio que sería deseable. La Orquesta Sinfónica de Navarra, también sin su titular, mostró un trabajo más sutil, con más registros y matices –aunque tal vez menos rotundo– que encontró su cota máxima de excelencia en el Concierto para violoncello de Elgar.
Las orquestas “de casa” tampoco se perdieron la cita, aunque la OSE nos dedicó un único concierto –el de clausura, eso sí–. La obra escogida para poner el broche final al fin de semana fue Los Planetas de Holst, una suite que no podía faltar en el repertorio de este año y que la Orquesta de Euskadi afrontó de manera impecable, con un sonido enorme pero bien controlado, con una formación muy grande reforzada con alumnos de grado de Musikene.
La BOS tuvo más presencia con el concierto de apertura, como es ya tradición –que repitió en otro momento–, además de otro programa distinto. En ambos repertorios dejó patente el excelente momento en el que se encuentra, con un sonido muy redondo, sin ninguna arista, bien compensado, muy fluido, con un registro sonoro inacabable y una generosa paleta de colores. Un trabajo ejemplar tanto en el repertorio británico como en el norteamericano.
Y, aunque no es propiamente una orquesta, he de incluir en este apartado a la Banda Municipal de Bilbao, una banda sinfónica que está, hoy en día, a la altura de cualquiera de las orquestas anteriormente citadas con un sonido potente aunque nada agresivo, un amplio rango de dinámicas que abarcan desde lo más delicado a lo más exuberante y un fraseo excelentemente dibujado, que se lució con un repertorio en el que se encuentran especialmente cómodos.
Los directores
En esta edición, varias orquestas acudieron con directores invitados, como ya hacía referencia anteriormente. Por una parte, es una lástima no poder observar la comunicación entre un director titular y “su” orquesta, que suele mostrar un sonido más trabajado y una mayor transmisión; pero, por otra parte, también es agradable estudiar la impronta que deja cada director en la sonoridad de una formación.
La orquesta anfitriona se presentaba bajo las órdenes del inglés Stefan Asbury, un director discreto pero firme y elegante que encajó con la sonoridad de la BOS y que supo coger la medida a las acústicas tanto del auditorio como de la sala A1, lo que le permitió dominar las fluctuaciones del tempo, llevándolo hacia delante y hacia atrás con control y buen sentido. El también británico Jonathan Bloxham dirigió a la Orquesta de Euskadi en la misma línea de claridad y discreción, con una versión de Los Planetas muy redonda y coherente. La orquesta navarra acudió con el australiano Nicholas Milton, muy distinto en gesto y técnica, pero igualmente mesurado y elegante, que transmitió con gran carisma versiones muy bien construidas. La de Galicia, por su parte, siguió la batuta del también inglés Rumon Gamba, menos comedido y más dado a los gestos amplios, que comienzan siendo efectistas pero que terminan siendo poco efectivos, obligando al director a pequeños saltos y aspavientos que completen la intención de un gesto mal calibrado.
La BBC llegó de la mano de Juanjo Mena que, si bien ya no es su titular, lo ha sido hasta hace unos meses, por lo que se conocen bien. Con gesto controlado y menos teatral que de costumbre, el vitoriano condujo con rigor y buen gusto a la orquesta… aunque fuese ésta quien tomase las riendas de vez en cuando, no dejándose dominar. Otro titular fue José Rafael Pascual-Vilaplana, al frente de la Banda Municipal, con un absoluto dominio de las poco escuchadas partituras, tiempos muy coherentes e interpretaciones inteligentes y bien estructuradas. Sorprendió agradablemente el titular de la Orquestra Simfònica Camera Musicae, el joven barcelonés Tomàs Grau, al que los músicos de su orquesta siguieron en bloque –como si se tratase de Leónidas al frente de los 300–, consiguiendo un trabajo detallista lleno de texturas, planos y voces; un trabajo al que merecerá la pena seguir la pista.
Otros grupos y formaciones
La Orpheus Chamber Orchestra fue, sin lugar a dudas, una de las grandes protagonistas de Musika-Música. La formación neoyorquina mostró con brillantez un sonido cálido, redondo, fluido y versátil. Sin director, el peso de cada obra iba rotando de unos músicos a otros, otorgando muchísima homogeneidad al conjunto. Todo esto, junto a un estilo muy cuidado, hizo que sus conciertos fueran un auténtico lujo. (Les recomiendo que lean la crítica de Joseba Lopezortega sobre uno de sus conciertos en esta misma publicación, «Así pasen 30 años»).
El consort británico Fretwork, formado por un sexteto de violas de gamba, fue una de las formaciones más curiosas del festival. La sonoridad de piezas contemporáneas interpretadas por instrumentos renacentistas resultaba chocante pero, una vez superada la sorpresa inicial, se mostraba muy adecuada y se dejaba disfrutar, permitiendo escuchar cada voz con su color pero con la blandura de la cuerda de tripa, suavizando el lenguaje y las armonías de las piezas actuales.
El grupo de metales Euskadi Brass, guiados por el trombonista Alberto Urretxo, sorprendió también con su sesión familiar que, además de entretener al público infantil –y no tan infantil–, exhibió una excelente calidad musical tanto en intérpretes como en repertorio, demostrando que los conciertos para niños no están reñidos con la excelencia.
Solistas
No son muchos los solistas a quienes tuve la oportunidad de escuchar, pero todos ellos se mostraron a la altura. El violinista Fumiaki Miura interpretó junto a la BOS el Concierto para violín nº1 de Britten, un concierto complicado que el joven japonés defendió con impecable técnica aunque el árido lenguaje de la pieza no permitía demasiada transmisión. Mucho más expresiva estuvo la pianista Olga Kern, también con la Orquesta de Bilbao, que supo hacer las delicias del público con el bien conocido repertorio americano.
Con la Orquesta de Navarra pudimos disfrutar del excelente Concierto para violoncello en mi menor de Elgar, que el artista bilbaíno Asier Polo ha interiorizado hasta tal punto que lo ha convertido en suyo, interpretándolo con tal sutileza y emoción que mantuvo al público conteniendo el aliento hasta más allá de la última nota.
En un registro muy diferente, el contratenor Michael Chance participó junto al consort Fretwork, uniendo su especial timbre vocal a la anacrónica sonoridad de las violas. Aunque con la voz menos fresca de lo que recordaba, convenció con su exquisita dicción, su admirable técnica y un innegable carisma que dotó a sus intervenciones de un especial atractivo.
En este apartado incluiré también a los dos coros participantes: la Sociedad Coral de Bilbao y al coro de mujeres del Easo Abesbatza. El primero participó brevemente junto a la Orquesta Sinfónica de Navarra en una poco conocida obra de Copland e interpretó junto a la BOS una complicadísima cantata de Walton que, si bien cantó con dominio y pulcritud, su difícil composición no permitió disfrutar completamente en una única escucha. Por su parte, las mujeres del Easo tenían una brevísima pero muy expuesta intervención junto a la OSE en Los Planetas de Holst que no fue todo lo afortunada que hubiese sido deseable.
En general, este binomio Londres-Nueva York ha vuelto a conseguir su objetivo de atraer al Euskalduna al público de siempre y al menos habitual, regalándonos músicos, obras y formaciones que no siempre tenemos oportunidad de disfrutar. Habrá que esperar a 2020 para ver cómo se divisa París desde este particular dron.
- Bilbao, 28/02/2019, 20:00. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº1. Olga Kern, piano; Coral de Bilbao; Bilbao Orkestra Sinfonikoa; Stefan Asbury, director. G. Gershwin/R. Russell Bennet: Porgy and Bess, cuadro sinfónico; G. Gershwin: Rhapsody in blue; W. Walton: In honour of the city of London; E. Elgar: Pompa y Cincunstancia, marcha militar nº1, opus 39.
- Bilbao, 01/03/2019, 19:15. Euskalduna Jauregia, Sala A1. Musika:Música, nº3. Orpheus Chamber Orchestra. E. Elgar: Serenade para cuerdas en mi menor, opus 20; H. Purcell/B. Britten: Chacona en sol menor; J.N. Ireland: A Downland suite para orquesta de cuerdas (arr. Geoffrey Bush); Duke Ellington/P.S. Chihara: Take the A train.
- Bilbao, 01/03/2019, 20:45. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº7. Orquesta Sinfónica de Galicia; Rumon Gamba, director. B. Britten: Guía de orquesta para jóvenes, opus 34; E. Elgar: Variaciones Enigma, opus 36.
- Bilbao, 02/03/2019, 11:00. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº11. BBC Philharmonic; Juanjo Mena, director. W. Walton: Obertura de la comedia Scapino; E. Elgar: In the South (Alassio), opus 50; B. Britten: Cuatro inteludios marinos, de Peter Grimes, opus 33a.
- Bilbao, 02/03/2019, 13:00. Euskalduna Jauregia, Sala Barria. Musika:Música, nº20, Sesión Familiar. Euskadi Brass; Alberto Urretxo, director y narrador. R. Premru: Of Knights and Castles; T. Susato/E. Howarth: Suite of dances; W. Byrd/E. Howarth: The earle of Oxford’s march; G. Langford: London Miniatures; J. Parker: A Londoner in New York; C. Hazell: Brass Cats.
- Bilbao, 02/03/2019, 17:00. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº24. Olga Kern, piano; Coral de Bilbao; Bilbao Orkestra Sinfonikoa; Stefan Asbury, director. G. Gershwin/R. Russell Bennet: Porgy and Bess, cuadro sinfónico; G. Gershwin: Rhapsody in blue; W. Walton: In honour of the city of London; E. Elgar: Pompa y Cincunstancia, marcha militar nº1, opus 39.
- Bilbao, 02/03/2019, 18:30. Euskalduna Jauregia, Sala A1. Musika:Música, nº30. Orpheus Chamber Orchestra. G. Gershwin: Lullaby para cuerdas; A. Clyne: Rest these hands para violin y ensamble de cuerdas; A. Copland: Appalachian Spring, suite.
- Bilbao, 02/03/2019, 21:45. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº39. Orquestra Simfònica Camera Musicae; Tomàs Grau, director. J. Williams: Star Wars Suite; The Schindler’s List Theme; E.T. Flying Theme; Jurassic Park Theme; Star Wars Episode VII, Rey’s Theme; Star Wars Episode I, Duel of the Fates.
- Bilbao, 03/03/2019, 11:00. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº43. Banda Municipal de Bilbao; José Rafael Pascual-Vilaplana, director. G. Holst: Primera Suite en mi bemol para Banda Militar; G. Holst: Segunda Suite en fa para Banda Militar; R. Vaughan-Williams: English Folk song Suite; S. Barber: Commando March.
- Bilbao, 03/03/2019, 12:30. Euskalduna Jauregia, Sala A1. Musika:Música, nº49. Fumiaki Miura, violínBilbao Orkestra Sinfonikoa; Stefan Asbury, director. B. Herrmann: Vértigo, escena de amor; J. Williams: Encuentros en la Tercera Fase, suite; B. Britten: Concierto para violín nº1, opus 15.
- Bilbao, 03/03/2019, 13:45. Euskalduna Jauregia, Sala A3. Musika:Música, nº55. Michael Cahnce, contratenor; Fretwork (Asako Morikawa, Joanna Levine, Sam Stadlen, Emily Ashton, Richard Boothby, violas de gamba). G.S.K. Butterworth: Bredon Hill; G.S.K. Butterworth: Is my team ploughing?; M. Nyman: Balancing the books; R. Vaughan-Williams: Linden Lea; R. Vaughan-Williams:Nocturne; N. Muhly: Slow (an In Nomine).
- Bilbao, 03/03/2019, 17:00. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº57. Asier Polo, violoncello; Coral de Bilbao; Orquesta Sinfónica de Navarra; Nicholas Milton, director. E. Elgar: Concierto para violoncello y orquesta en mi menor, opus 85; A. Copland: Canticle of Freedom para coro y orquesta.
- Bilbao, 03/03/2019, 20:15. Euskalduna Jauregia, Auditorio. Musika:Música, nº67. Easo Emakumeen Abesbatza; Euskadiko Orkestra Sinfonikoa; Jonathan Bloxham, director. G. Holst: Los Planetas.