Joseba Lopezortega /
Como en las temporadas anteriores, desde que asumiera la titularidad de la Sinfónica de Euskadi, Robert Treviño estará al frente de esta formación en seis de los diez programas de abono presentados en Donostia. El maestro, protagonista una temporada más de la evolución y rumbo de la OSE, se retrata a través de sus programas, en cinco de los cuales dirigirá obra de Bartok, Ravel y Mahler, por partida doble, y Copland, Berg, Bruckner y Brahms, todos ellos adecuados para que el norteamericano muestre su ambición sonora, su calidad y desde luego su intensidad. Respecto al primer programa de abono, sólo se ha anunciado el estreno de la primera entrega de Elkano, el atractivo proyecto que la orquesta dedica al quinto centenario de la vuelta al mundo culminada por Juan Sebastián Elcano. El precioso cometido de abrir este proyecto musical, del que ya informamos debidamente en este medio, corresponde al tolosarra Mikel Chamizo, y el resto del programa de apertura simplemente se guarda en secreto por habrá que ver si consistentes razones conceptuales, dado que el leit motiv de la temporada es el viaje hacia lo desconocido. El proyecto Elkano, hay que recordarlo, evolucionará en la programación de la OSE de las dos próximas temporadas. En la primera, además del trabajo de Chamizo, se escuchará la aportación del bilbaíno Mikel Urquiza. Será en un programa titulado “Nuevo mundo”, con dirección de Georg Mark, completado con dos oras de Dvorak, el Concierto para violín (Augustin Hadelich) y la Sinfonía número 9, que da nombre al programa. Para cerrar capítulo, por el momento, con el primer programa de temporada que hemos dejado abandonado unas líneas más arriba, añadir que la OSE anuncia a la soprano Mojca Erdmann y a la Sociedad Coral de Bilbao.
Respecto a los restantes programas que dirigirá Treviño destacan la presencia de obra de Ravel -incluyendo el inefable Bolero-, el Concierto para violín de Berg (con Zimmermann, ya algo más que habitual en los escenarios vascos), La canción de la tierra y la Sinfonía número 2 de Mahler con el Orfeón Donostiarra y, creo que marcando la cita más interesante de la temporada, la Novena de Bruckner, previsiblemente de un enorme interés en la batuta de Treviño: con una Séptima de Bruckner convenció en su primera presencia como invitado con la OSE. De La canción de la tierra hay que señalar que por alguna razón –que no conozco- no se ofrecerá en Pamplona, plaza en la que se ofrece un programa distinto, con dirección de Edo de Waart. Creo que es una pena por partida doble: porque en Pamplona no escucharán La canción de la tierra de Treviño y porque en el resto de las ciudades habituales no se disfrutará de Edo de Waart.
Los restantes programas presentarán a otras tantos maestros. Además de Georg Mark ahí está Juanjo Mena, que vuelve a pisar tierras vascas en un plano de igualdad respecto a sus cualesquiera otros terrenos de trabajo, y que dirigirá obras de Holst, incluyendo Los planetas, y Erkoreka. Pinchas Steinberg dirigirá las sinfonías número 8 de Beethoven y Fantástica de Berlioz, Mei-Ann Chen hará la Obertura de Fidelio, el Concierto número 3 de Bartok con Varvara y la suite Scheherezade de Rimsky-Korsakov. La temporada es desde luego plural y aparentemente equilibrada y, aunque asume algunos riesgos, no puede obviarse la presencia de otras ofertas tan contrastadas y en principio seguras como Planetas, Scheherezade, Nuevo Mundo, Fantástica, Bolero o, cómo no, la propia Resurrección mahleriana. Así que es un viaje a lo desconocido pero con garantías: escalas en puertos amigables y bodegas bien repletas.
Hemos citado algunos solistas, pero hay más: Kalakan, Julian Bliss, Jonathan Roozeman, Kate Royal, Jennifes Johnston, Corby Welch, Justina Gringyte, Yulianna Avdeeva y, además de la Coral de Bilbao y el Donostiarra, también estará Vocalia Taldea. Como se ve, en el viaje a lo desconocido cobra una lógica importancia la fuerza de la voz, quizá el instrumento protagonista de la temporada.
Esta reseña se publica conjuntamente con www.mundoclasico.com