Nora Franco Madariaga/
Hace apenas 24 horas presentaba ABAO su nueva temporada, la 2020-2021, la sexagésimo novena –69, que se entiende mucho mejor–. Y, si el año pasado lo hacían a lo grande, en el teatro Arriaga, ante sus abonados, aficionados y patrocinadores, este año para presentarla se han colado de puntillas, discretamente, en la bandeja de entrada del correo electrónico. Cosas de la pandemia, o de la desescalada, o de la nueva normalidad, o qué sé yo. Cosas de las circunstancias que nos están tocando vivir, en definitiva.
Pero ABAO Bilbao Ópera hace las cosas bien, incluso en esta situación. Esa aparición sigilosa en la bandeja de entrada venía acompañada no solo de toda la información necesaria, de todas las fichas técnicas, los vídeos, las fotos, los audios, los cartelones, folletos, resúmenes, notas de prensa… sino de la cordialidad que siempre nos dispensan a la prensa –el cariño, incluso– y, principalmente, de toda la ilusión puesta en esta nueva temporada. Una ilusión que rezuma entre esas breves y educadas líneas que acompañan al dossier, una emoción que desborda los archivos de vídeo y audio, una esperanza en este nuevo período que traspasa la frialdad de un correo electrónico, de la distancia social y de las mascarillas y se transmite como una corriente de energía que enciende la ansiada luz al final del túnel.
Nos han faltado las entusiastas palabras de Matellanes, su presidente, y las detalladas explicaciones de Cesidio Niño, director artístico de la asociación. Pero llegarán. Ya habrá momento y lugar. Lo importante ahora mismo es que la nueva temporada ya se ha presentado en sociedad y que lo ha hecho sin miedos, sin restricciones, sin aparente plan B –que lo tienen, se lo aseguro–, confiando y apostando fuertemente por una normalidad cultural que despeje el camino hacia el futuro no sólo de ABAO sino de todo el sector cultural, que tanto lo necesita(mos).
De modo que, esa temporada que comenzará –si los virus nos son propicios– el 24 de octubre, viene cuajada de grandes nombres, de sugerentes títulos, de ambiciosas producciones y de la gran calidad a la que nos tienen acostumbrados:
La primera de las óperas será Il turco in Italia de Gioachino Rossini, el estreno en Bilbao de esta ópera bufa –¡cuánta falta nos hace reírnos!– divertida, llena de encantadores enredos, donde el bajo Paolo Bordogna y la soprano Sabina Puértolas sabrán acompañar este café turco con picardía e ingenuidad a partes iguales, con una pizca de astucia y un buen pellizco de romance. Arropados desde el foso por la BOS y dirigidos por Christophe Rousset, la exótica y rica partitura será completada con una colorida y chispeante producción de Emilio Sagi.
El segundo título será Alzira, el último de los dedicados al emblemático proyecto Tutto Verdi que nos lleva acompañando los últimos 15 años. Esta poco conocida ópera tiene un sugerente argumento ambientado en la Conquista de Perú que une dos grandes clásicos de las obras de Verdi: el triángulo amoroso y la épica lucha del pueblo. Para dar vida a esta música, un trío de alto voltaje sobre el escenario: Anna Pirozzi, Sergio Escobar y Juan Jesús Rodríguez; bajo las tablas, el aclamado maestro Daniel Oren y la Euskadiko Orkestra. La coproducción de ABAO Bilbao Opera, el Gran Teatro Nacional de Perú y la Opèra Royal Wallonie-Liège llega con el Premio Ópera XXI 2019 a la Mejor Nueva Producción Latinoamericana debajo del brazo. Tal vez no sea el mejor Verdi, pero sin duda se ha puesto toda la carne en el asador para cerrar un ciclo por todo lo alto.
Y, si el año pasado recuperábamos la ópera alemana con un añorado Wagner, en esta ocasión rescatamos una ópera francesa de Saint-Saëns que llevaba 20 años sin programarse en Bilbao: Samson et Dalila. Para el dúo protagonista, el debut de la fabulosa mezzosoprano rusa Ekaterina Shemenchuck y el regreso del tenor Marco Berti. El conocido maestro Renato Palumbo tomará la batuta al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, mientras que la dirección escénica correrá a cargo de Paul-Emile Fourny, que propone una producción simbólica, espectacular y poco convencional.
En febrero podremos disfrutar de otra joya dentro de las óperas bufas, probablemente la más querida por el público: L’elisir d’amore de Donizetti. Con doble elenco –Elena Sancho Pereg y Joel Prieto en el cast principal e Itziar de Unda y Moisés Marín en Opera Berri–, los personajes inspirados en la commedia dell’arte buscarán el delicioso equilibrio entre diversión y profundidad que requiere esta fresca e inspirada obra. La Euskadiko Orkestra y el maestro Óliver Díaz acompañarán musicalmente la juvenil recreación escénica de la regista Marina Bianchi.
El último gran título de la temporada queda reservado para un clásico inmortal, la Tosca de Puccini, una de las obras imprescindibles del repertorio verista italiano, un auténtico drama pasional que guarda algunas de las arias más bellas de la historia de la ópera. Con la BOS en el foso, Ainhoa Arteta, Teodor Ilincai y Roberto Frontali interpretarán al trío protagonista. Mario Pontiggia e Yves Abel dirigirán escena y música, respectivamente.
Y como colofón, ABAO Bilbao Opera nos prepara un espectacular concierto que pondrá la guinda tanto a la temporada como al proyecto Tutto Verdi. Un evento único que contará con la Orquesta Sinfónica de Bilbao, el Coro de Ópera de Bilbao y seis destacados intérpretes del panorama internacional para realizar un recorrido a través de las obras más emblemáticas del maestro de Busseto que cierren de manera extraordinaria esta etapa histórica en ABAO.
Díganme si esto no es entrar con pie firme, ilusión y coraje en la nueva normalidad cultural, sin volver la vista atrás.