Mundoclasico: Quincena Musical: el esfuerzo necesario
Joseba Lopezortega /
La pandemia ha condicionado la celebración de muchas actividades culturales y entre ellas, la de muchos festivales de música. Algunos se han suspendido, otros se han mantenido adaptando su oferta a una crisis sanitaria impredecible y no completamente doblegada. Entre estos se encuentra la Quincena Musical de San Sebastián (o Donostiako Musika Hamabostaldia, en euskera). La paradoja es que esta situación extraordinaria ha imposibilitado la oferta de Quincena tal y como ya estaba prevista para forzar un formato mucho más reducido, pero más característico y más personal, probablemente, que el habitual en las últimas ediciones, en las que Quincena Musical coincidía en muchísimos aspectos con el Festival Internacional de Santander. Volver la mirada hacia el músculo musical vasco, con un fuerte protagonismo de la Euskadiko Orkestra y con la presencia en el programa de otra orquesta de Euskadi, la Sinfónica de Bilbao -habitualmente minusvalorada y/o ignorada por Quincena- hace que la edición más marcada por las circunstancias sea al mismo tiempo la que recupera, sobre el papel, una personalidad propia y diferenciada.
Euskadiko Orkestra asume el papel principal en la oferta de Quincena en su buque insignia, el Kursaal. Es algo lógico, tanto porque Euskadiko Orkestra tiene en Donostia su sede, como porque la formación sostenida por el Gobierno Vasco ha sabido enfrentarse a la pandemia con claridad de ideas y arrojo, y ha puesto proa para avanzar en la desescalada de forma admirable. De hecho, ha abierto surco. En sus tres programas en esta edición de Quincena, la orquesta donostiarra estará dirigida por Semyon Bychkov, con Beethoven en los atriles; por Robert Treviño en un programa con el tenor Xabier Anduaga; por Juanjo Mena, otra vez con Beethoven -amenazado de sobrexposición en su 250º aniversario- y Haydn, de quien el cellista Asier Polo tocará en este programa el Concierto en do mayor. Todavía resuena en Kursaal la extraordinaria prestación de Steven Isserlis con este concierto en 2016, así que escuchárselo a Polo será un auténtico lujo.
La BOS estará en Kursaal con su director titular, Erik Nielsen, un maestro de gran finura, y con el pianista Javier Perianes. El cartel es ciertamente atractivo, con los Conciertos números 20 y 21 de Mozart y la Sinfonía Clásica de Prokofiev. Esta sinfonía es ideal para las características del maestro Nielsen, siempre en busca de la pureza del sonido y la claridad de la exposición, unos valores plenamente aplicables a Mozart. En cuanto a Perianes, es simplemente Perianes y llena de interés los programas en los que se anuncia. Así que auguro un buen concierto. Realmente, los cuatro reseñados tienen mimbres para gustar y mucho. Quizá un elemento de especial interés sea que Treviño dirija un programa al servicio del tenor Anduaga. Será imprescindible que cada uno juegue su papel y que se produzca una buena química.
La programación de orquesta de Kursaal se completa con Les Musiciens du Louvre de Minkowski, que harán las Sinfonías 39 y 41 de Mozart. En este punto hay que repasar el listado de compositores: (dejando de lado el programa con Anduaga) Beethoven, Haydn, Mozart, Prokofiev, más Beethoven, más Mozart… No es una nómina particularmente atrevida, ciertamente. Más bien lo contrario. También en Kursaal tocará Grigory Sokolov, rabiosamente apetecible, con un programa Mozart, Schumann; pero aquí son otras las consideraciones. En todo.
Otros espacios de Quincena son, probablemente, más abiertos y plurales. San Telmo, una verdadera joya donostiarra, acogerá los ciclos de música antigua, música de cámara y música contemporánea (en este ciclo se ha anunciado una obra ¡de Bartok!). Hay verdaderas preciosidades anunciadas en este espacio museístico excepcional. Otro espacio importante en esta edición será Tabakalera, con protagonismo de la danza. Respecto al prestigioso ciclo de órgano de Quincena, la nómina de artistas es extensa y de gran calidad: Juan de la Rubia, Alice Mendizabal, Loreto Aramendi, Loreto Fernández Imaz, Oscar Candendo, Mikel Ansola… en programas tanto de órgano solo como con otros instrumentistas o cantantes.
Quincena Musical hizo saber en plena pandemia que haría el esfuerzo necesario para mantener viva su 81ª edición. No pocos la dábamos por inviable. Pero ahí está. El esfuerzo merece toda la consideración, más allá de la arquitectura concreta de la propuesta. Enhorabuena Quincena y, sobre todo, muchas gracias.