Joseba Lopezortega /
Fiel a su cita anual, el arraigado festival musical bilbaíno Musika Música se celebrará los días 5, 6 y 7 de marzo. En 2021 concluye con Viena un ciclo de ediciones dedicado a ciudades, un ciclo que ha deparado algunas ediciones muy buenas junto a otras no tan logradas. La verdad es que dedicar un festival de música clásica a la ciudad de Viena resulta a priori ventajista, porque es como decir que “comida” es el tema de una cita gastronómica. Viena no es todo en la música, pero sí muchísimo, y bajo esa etiqueta cabrían muchos enfoques y abordajes diferentes. Pero, si a priori representaba una elección conservadora, la persistencia y maldad de la pandemia han hecho de Viena un material muy manejable y realista, muy gestionable. Que Musika Música se celebre es en sí misma una noticia muy positiva e importante. El Ayuntamiento de Bilbao, en definitiva la entidad que hace posible este importante festival, dejó claras sus intenciones cuando anunció Viena ya en julio de 2020, con meses de antelación respecto a los plazos que se venían manteniendo en ediciones anteriores. El mensaje era claro: luz y cultura en unos tiempos oscuros y bárbaros. Pensar en el lejano marzo de 2021 en julio de 2020 era el más allá. Lo cierto es que, meses después, pensar en el festival a dos semanas vista también es el más allá. La pandemia ha roto la gestión y la percepción de los tiempos.
La principal novedad de la edición 2021 es estructural, al extender la oferta musical a varias sedes en lugar de condensar toda la actividad en el enorme Euskalduna, que sigue siendo el auditorio de bandera. Más allá de la coyuntura, que invita a evitar grandes aglomeraciones, la incorporación como sedes de las salas de la Filarmónica, Azkuna Zentroa y el Bizkaia Aretoa de la Universidad del País Vasco, supone un enriquecimiento objetivo de la oferta y permite vislumbrar futuras ediciones postpandémicas bien sustentadas, siendo el principal activo la acústica excepcional de la Filarmónica, que es simplemente otro mundo respecto a la ofrecida por las salas polivalentes del Euskalduna, al fin y al cabo un espacio polivalente enfocado a congresos. Otro aspecto relevante es que, si bien Musika Música siempre ha sido sensible con los artistas locales, de hecho en algunos casos con los mismos edición tras edición, este año la pandemia ha incrementado la presencia de activos locales al tiempo que ha reducido drásticamente la presencia de orquestas ya tradicionales en el Festival, caso de las españolas, o de orquestas internacionales que a veces contaban inicialmente entre lo más atractivo de la oferta.
Viena se articula en torno a algunos de los más obvios creadores vinculados a su historia musical: tienen gran peso en el programa Mozart, Haydn y Beethoven; también están presentes Schubert, Johann Strauss, Haydn, Mahler, Bruckner y Berg, algunos con una presencia muy pequeña y otros como Brahms con una presencia ínfima y difícil de argumentar. Resulta muy interesante el programa de la Banda Municipal de Bilbao, que dirigida por José Rafael Pascual-Vilaplana hará obras de Beethoven, Bruckner y Schoenberg escritas originalmente para banda y que -para mí- tendrán bastante o mucho de descubrimiento.
Las orquestas sinfónicas presentes serán Bilbao, Euskadi y Navarra, esta con Cecilia Bercovich como concertino y directora (Mozart nº 27 y Haydn nº 45). Tampoco estarán en Musika Música los titulares de Bilbao y Euskadi, lo que permitirá que Bilbao tenga en el podio a un maestro bastante conocido en la plaza, Giancarlo Guerrero. Guerrero dirigirá la Novena de Beethoven en la apertura del festival, con la Coral de Bilbao y un cuarteto integrado por Miren Urbieta-Vega, Ainhoa Zubillaga, Mikeldi Atxalandabaso y José Antonio López. En otras participaciones, la BOS y Guerrero ofrecerán las Siete canciones tempranas de Berg, un Berg muy accesible y acorde al tono general del festival con Vanessa Goikoetxea y la sinfonía Júpiter. También muy apetecible el programa con la Inacabada y el número 20 de Mozart, con Juan Pérez Floristán. La Euskadiko Orkestra se presenta con la Cuarta de Mahler, la soprano Serena Sáenz y dirección de Semyon Bychkov, un programa de enorme interés.
Siempre en el escenario del Euskalduna, Requiem de Mozart con Bilbao Sinfonietta dirigida por Iker Sánchez (Vanessa Goikoetxea, Maite Maruri, David Alegret y Christopher Robertson). En la Filarmónica estarán Judith Jauregui, Trío VibrArt, ]W[ Ensemble, Camerata Salzburg y Les Dissonances con David Grimal. Azkuna Zentroa, la Alhóndiga, acogerá entre otros al Cuarteto Quiroga y La Ritirata. En Bizkaia Aretoa destaca la presencia de Ana María Valderrama con el pianista David Kadouch interpretando Schubert y Beethoven.