ORCHESTRE DE CHAMBRE DE LAUSANNE
W. A. MOZART
THE VIOLIN CONCERTOS
Deutsche Grammophon
Valoración: 4/5
Pablo Suso /
Renaud Capuçon nos presenta, en su tercer trabajo discográfico con la Orquesta de Cámara de Lausana -de la que es director artístico-, los cinco conciertos para violín y orquesta de Mozart (completan la grabación el Rondo en Do Mayor K.373 y el Adagio en Mi Mayor K. 261), grabado en septiembre de 2023 en el Théâtre de Beaulieu de Lausana. Actuando en esta edición como director y solista, Capuçon nos presenta los conciertos en una aparente versión reducida, camerística, que no es ni más ni menos que la que el propio compositor pide en sus partituras: dos oboes, dos trompas y cuerda (excepto en el segundo movimiento del concierto nº 3, en el que se sustituyen los oboes por dos flautas). Además, Renaud Capuçon ha elegido para acompañar a estos conciertos las cadencias compuestas por Robert Levin, publicadas por Universal Edition Viena.
Los que hemos tenido el placer de escuchar a Capuçon en directo no nos sorprendemos con este registro: tono dulce y afinación perfecta, que responden exactamente a lo que se puede esperar de él; pero se echa de menos un mayor parecido al sonido en directo. En este tipo de grabaciones con instrumento solista siempre se tiende a dar a este un excesivo protagonismo, obviando la presencia de la orquesta, de ahí su diferencia con el sonido en directo, en sala, en el que afortunadamente no se puede evitar la presencia del conjunto. En esta edición, el sonido del violín solista se escucha en muchos momentos en un exagerado primer plano, incluso ofreciendo sonidos que son imperceptibles en sala. Sufrimos esta costumbre y sería de agradecer que siempre tuviéramos presente que la obra es para solista y orquesta y no para solista a pesar de la orquesta. Respecto del sonido general, no hay nada que destacar: sea el propio del teatro o sea añadido digitalmente, responde a la lógica y no resta, sino que suma en la elegancia sonora del registro.
A pesar de estos detalles, la verdadera gran noticia de esta grabación es que no busca producir noticias. Ahí reside su gran belleza. Nos encontramos ante una interpretación académica, elegante, sin búsqueda de imposibles, con todos los tempi en su sitio, respetuosa con la partitura, sin sorpresas ni histrionismos, ni velocidades absurdamente endiabladas en sus movimientos rápidos. Renaud Capuçon nos demuestra aquí que no es necesario inventar nada nuevo, que respetar lo que el compositor ha dejado escrito es suficiente para crear una obra de arte y, créanme: sobre todo en los maravillosos movimientos lentos, Renaud Capuçon y su orquesta lo consiguen con creces. Uno escucha el disco entero y se siente en casa, tranquilo y sin sobresaltos.
Ahora bien ¿tiene sentido grabar hoy estos cinco conciertos? ¿los estábamos esperando? Sinceramente, no. Últimamente vivimos una preocupante regresión en cuanto al repertorio, tanto en concierto como en grabaciones. Se agradecería que tanto intérpretes como discográficas bucearan en otros repertorios, repertorios que despierten nuestro apetito, nuestro hambre de conocimiento, sea repertorio antiguo sepultado por la historia o sean nuevas creaciones. Aburre escuchar siempre lo mismo. El streaming nos facilita saltar de una grabación a otra, picar aquí y allá, y si se mantiene el empeño en grabar siempre lo mismo cabe la posibilidad de que solo logren despertar desidia y olvido: escuchar para olvidar. Ojalá vuelvan el violinista y la orquesta a lo iniciado en su primera grabación con obras de Arvo Pärt para el sello Erato, un camino rápidamente abandonado para registrar, a continuación, las omnipresentes Cuatro Estaciones de Vivaldi. A la espera de futuros trabajos, tenemos al menos la gran calidad y naturalidad de este registro mozartiano.