SYMPHONIEORCHESTER DES BAYERISCHEN RUNDFUNKS / SIMON RATTLE
Gustav Mahler
SINFONIA N. 9
BR Klassik
Valoración: 5/5
Joseba Lopezortega / Desde el desgarrador lamento del primer movimiento hasta el delicado equilibrio del movimiento final, la mirada de Rattle no sólo se expresa en un meticuloso control de los matices dinámicos y expresivos, sino también en su capacidad para infundir vida y coherencia en cada matiz de la partitura. Porque, como en sus grabaciones anteriores, Rattle afirma a través de esta sinfonía la vida: una vida que es compleja hasta lo irracional; una vida que lo es como consecuencia del deseo mismo de vivir; vida que, incluso ya vencida, ya en la derrota, nos rinde de belleza.
Rattle ejerce un dominio técnico admirable, guiando a la orquesta con destreza a través de los numerosos desafíos. Conoce y regula los matices más sutiles de la partitura, permitiendo que cada instrumento brille con una claridad admirable. La orquesta al completo se entrega en una lectura de una complejidad, profundidad y madurez absolutamente deslumbrantes. Esto es el resultado de una confluencia de intensas experiencias. Rattle ya había grabado esta obra en 2008 con la Filarmónica de Berlín, pero sus primeras grabaciones de Mahler se remontan a 1980 (una Décima -Deryck Cooke- con Bournemouth), es decir a más de 40 años atrás. La Sinfónica de la Radio de Baviera, por su parte, ya había grabado esta obra al menos con Kubelik, Haitink y Jansons. Otra confluencia es que, si bien Rattle ya había grabado con esta orquesta Das Lied von der Erde dos o tres años antes, esta era la primera grabación realizada una vez conocido que Rattle iba a ser el nuevo titular de esta gran orquesta. La grabación era, por lo tanto, un intenso cortejo para la apertura solemne de un periodo que se prevé sensacional.
La versión es 6 minutos más corta que la grabada con Berlín. El Adagio final ha pasado de 26 a 24 minutos. Es curioso cómo este cuarto movimiento se afronta actualmente con un tiempo muy lento, mientras que Bruno Walter, quien al fin y al cabo estrenara la obra con la Filarmónica de Viena, grabó con esta misma orquesta en 18 minutos y con Columbia en 21. Pero bastan los compases iniciales de las cuerdas en este Adagio para entender que esta no es una Novena dirigida por Rattle, sino construida con y junto a Rattle. Esto la eleva, en mi opinión, a la altura de las grandes referencias de John Barbirolli, Karajan, Giulini, Klemperer o Abbado, tan diversas entre sí y tan buenas. Lo cierto es que la Novena es una de las obras de Mahler tocada por los Dioses en cuanto a grabaciones de excepcional interés.
El diseño de sonido es magnífico. Tomado con Dolby Atmos, captura cada matiz y detalle de la interpretación en su plenitud, sumergiendo al oyente en entorno sonoro claro e inmersivo que conduce a un mundo de emociones y sensaciones que parecen trascender los límites racionales. La grabación es en vivo y se realizó en noviembre de 2021.