Pablo Suso / Qué apasionante es el mundo de la música actual y qué equivocados están aquellos que se esconden en los clásicos para no adentrarse en ella. Dejarse arrastrar por el talento de los creadores, disfrutar de lo desconocido, de la novedad y no refugiarse en la seguridad de lo escuchado en cien mil ocasiones es uno de los más apasionantes retos a los que nos enfrentamos en el futuro más inmediato. Y a alguno le sorprenderá que llame actual a una obra de 1979 pero es que así están las cosas, Stravinsky sigue siendo revolucionario.
Y es este reto al que se enfrenta la Bergen Philharmonic de la mano de su titular Edward Gardner con gran éxito y precisión. Cierto es que las composiciones del compositor noruego Aren Nordheim no son ajenas a esa orquesta y seguramente sea ese conocimiento el que les ha permitido reflejarla de una forma excelente.
El ballet completo, escrito para la obra “La Tempestad” de William Shakespeare, está perfectamente concentrado en esta suite. Quienes no conocemos la obra en su totalidad, podemos escuchar la Suite con total sensación de unidad, y sin echar de menos la trama y la coreografía para la que fue escrita en origen. Con anterioridad a la grabación de este registro, la Suite se combinó no con la danza, sino con un relato visual creado por la videoartista suiza Sarah Derendinger, en el que retrata el personaje de Miranda, la hija de Próspero, en su viaje hacia la madurez y el autoconocimiento. Este montaje se estrenó en el Festival Internacional de Bergen en junio de 2021 y habría sido muy interesante poder disfrutar del mismo, acompañando el lanzamiento de este registro.
Inicia la obra la evocación de la naturaleza en calma, de la paz del mar unida al canto de los pájaros, ese canto que tan nítidamente se escucha en el preludio de una tormenta, ese silencio previo a la ira del viento y del mar. Nordheim describe perfectamente ese sonido, esa inquietud que tanto conocemos los que vivimos al lado del mar. Pues siguiendo esta introducción, la música nos traslada continuamente de la tensión a la calma y, con el apoyo de los sonidos electrónicos sutilmente empleados, logra a la perfección plasmar el encantamiento, la magia, la tensión de la búsqueda de la venganza, el perdón y la reconciliación, características principales de la obra.
Los acordes finales del último movimiento son de una grandísima belleza, la suma de las armonías y de los timbres de las distintas secciones con las voces nos arrastran, nos llevan de la mano hasta ese silencio final en el que por fin dejar de contener la respiración. Esos acordes acompañan al soliloquio del esclavo Calibán, que el propio compositor destacaba en sus notas sobre el ballet, centrado en la magia de los sonidos.
La participación de los cantantes y de los anónimos solistas de viola, violonchelo y trombón ayuda a crear el clima que la obra de Shakespeare demanda, la brillante ejecución de la sección de percusión en el sexto movimiento, “A Mazed Trod”, sirve como ejemplo del gran trabajo general a lo largo de la Suite. Trabajo de una gran limpieza, precisión y pasión que nos permite adentrarnos sin gran esfuerzo en el clima de la obra de Shakespeare. Nos envuelven en ese canto de alabanza a la soledad que describe el propio compositor al hablar de su obra, de ese intento de comunicar la difícil combinación de silencio, soledad y verdad.
Un maravilloso registro del sello LAWO Classics de gran calidad y naturalidad que permite apreciar la profundidad y transparencia del sonido orquestal y de la sala Grieghallen de Bergen y que es un claro ejemplo del buen hacer que caracteriza a la orquesta y al Maestro Gardner.