ABAO Bilbao Opera entrega los “Tutto Verdi International Awards” con B de Bilbao
Nora Franco Madariaga/
Un proyecto tan ambicioso como Tutto Verdi de ABAO Bilbao Opera, que ha tardado 16 años en completarse, que ha pasado por encima de recortes presupuestarios, crisis y pandemias, no podía terminarse así, sin más, con una gala lírica a modo de “chispún” –y, si no, fíjense en los finales del propio Verdi, que componía una cadencia tras otra hasta completar la página–. Así que la asociación bilbaína ha preparado un par de acordes finales más, uno de los cuales se materializó el pasado 17 de abril en la gala-recital de entrega de los Tutto Verdi International Awards, unos premios que ABAO promueve «en consideración, agradecimiento y distinción de todos los artistas, instituciones y personalidades ligadas al universo verdiano, que han participado y hecho posible un proyecto único en el mundo de la ópera», en palabras de su presidente Juan Carlos Matellanes.
En dicha ceremonia, que tuvo lugar en el Teatro Arriaga de Bilbao, ABAO Bilbao Opera, tras una espectacular entrada de honor de quienes entregaban y recibían galardones, hizo entrega de ocho distinciones, comenzando por la de Mejor Institución, otorgada a la Fundación BBVA, cuya subdirectora Laura Poderoso recogió de manos de Javier Hernani, vicepresidente de ABAO Bilbao Opera. «Bilbao merece tener una temporada de ópera de excelencia», expresó al recibir el premio –una escultura exclusiva firmada por Perodri Joyeros que, en un trabajo artesanal, recrea con hilo de plata sobre peana negra de mármol Markina el emblemático sombrero de copa del compositor de Busseto–.
El premiado como Mejor Director de Orquesta, Riccardo Frizza, obligado por compromisos laborales, no pudo estar presente, pero agradeció el premio en un vídeo en el que destacó su crecimiento como director de la mano de ABAO y, más concretamente, del proyecto Tutto Verdi. Enrique Sáez, consejero delegado de Fineco y amigo personal de Frizza, fue el encargado de recoger el premio en su nombre, de manos del Rector Magnífico de la Universidad de Deusto, José María Guibert.
«Me gustaría transmitir fuerza a todos los artistas que siguen luchando por llegar a su objetivo. Quiero rendir homenaje a los artistas que han desaparecido, que están desapareciendo o desaparecerán porque han perdido las fuerzas. No estáis olvidados», expresó visiblemente emocionado el barítono Juan Jesús Rodríguez, premio a la Mejor Voz Masculina –quien, además del premio, celebraba su 54 cumpleaños– cuando recogió la escultura que le entregaba Ana Otadui, presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia.
Pedro Azpiazu, consejero de Economía del Gobierno Vasco, entregó el Premio a la Mejor Dirección de Escena al regista Emilio Sagi, quien, tras recoger el galardón, recordó en un breve y sentido agradecimiento lo mucho que ama a Bilbao.
El Coro de Ópera de Bilbao fue distinguido con un Premio Especial, que recibió su presidente Juan Carlos Ibáñez «en nombre de todos los que formamos este coro» de manos del periodista Iñaki Gabilondo, miembro del Comité de Honor Tutto Verdi.
El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, fue el encargado de entregar su galardón a la mezzosoprano Daniela Barcellona como Mejor Voz Femenina, quien destacó que trabajando con ABAO siempre se ha sentido parte de un equipo y el orgullo que esto le hace sentir.
Massimo Gasparón, amigo y discípulo de Pier Luigi Pizzi, recogió en su nombre el premio que Iñaki Irusta, expresidente de ABAO Bilbao Opera, le entregó por su Trayectoria Profesional en la Dirección de Escena. Pizzi, de 92 años y aún en activo, mandó un cálido vídeo desde Venecia asegurando echar mucho de menos Bilbao.
El último premio de la velada fue para el gran barítono Leo Nucci por su Trayectoria Profesional como Cantante. Juan Carlos Matellanes le hizo entrega del galardón, que el artista, recordando la primera vez que cantó en ABAO hace 45 años, agradeció con sentidas palabras: «Decir que estoy emocionado es poco. Se lo dedico a mi esposa Adriana, mi compañera desde hace 54 años».
La gala, conducida por el comunicador Iñaki Gabilondo y la también periodista Udane Goikoetxea, se acercó a las tres horas de duración, pero estuvo trufada con pequeñas intervenciones didácticas de los encargados de la coordinación y guion del acto: el musicólogo Luis Gago y del catedrático de Música de la Universidad de Southampton, coach y especialista en Verdi Francesco Izzo. El músico italiano, además, se sentó al piano en varios momentos de la noche para acompañar las intervenciones de Fan Zhou, Alessia Panza, Davide Tuscano y Gabriel Alonso, jóvenes y prometedoras voces verdianas que actuaron durante la velada.
La joven soprano china Fan Zhou interpretó arias de las óperas I masnadieri y Rigoletto, con voz sólida y timbrada que contrastaba con su aspecto frágil, pero que supo modular hasta ligeros y delicados filados. También interpretó junto al tenor Davide Tuscano el exigente dúo “Parigi, o cara” del tercer acto de La traviata. El tenor cantó, además, la famosa aria “Come poteva un angelo” de la ópera I Lombardi alla prima crociata, donde demostró bravura, limpieza en los agudos y una voz bien proyectada. El barítono español Gabriel Alonso, por su parte, exhibió un trabajo muy expresivo e inteligente en sus fragmentos de Stiffelio e I due Foscari, con una voz clara de cálido color. Alonso también tuvo su dúo –“Perché Elvira rapì la pace mia?” de Ernani– con la italiana Alessia Panza –quien también celebraba su cumpleaños–, una soprano de extenso y homogéneo registro, voz poderosa y presencia escénica, que se lució especialmente en “Timor di me?… D’amor sull’ali rosee… Tu vedrai che amore in terra” de Il trovatore, donde el premiado Coro de Ópera de Bilbao tuvo también su protagonismo con el conocido “Miserere”.
Además, el público asistente pudo disfrutar de las experimentadas voces de los galardonados. El barítono onubense obsequió a los presentes con una sobresaliente interpretación de “Gran’ Dio!… Oh de’ verd’anni miei” de Ernani mientras que la mezzosoprano italiana se demostró merecedora del premio con su interpretación de la pieza de Il trovatore “Condotta ell’era in cepi”, acompañada al piano por el director musical Alessandro Vitiello, su marido.
Pero, sin duda, uno de los momentos más emotivos de la noche estuvo protagonizado por el carismático barítono Leo Nucci quien, a pesar de haber cumplido 81 años el día anterior, interpretó el fragmento “Cortigiani, vil raza dannata” de Rigoletto con la maestría que le caracteriza, a lo que el público respondió puesto en pie con una gran ovación. Y es que, efectivamente, como dijo Matellanes en un alarde de bilbainismo y recalcó el barítono italiano, «a partir de ahora Verdi se escribe con B de Bilbao».