Con la presencia de la diputada de Cultura de Bizkaiko Foru Aldundia, Josune Ariztondo, y de los principales directivos de la organización, la BOS procede en este estos momentos a la presentacion de su próxima temporada de conciertos. Ariztondo, que ha confirmado que la BOS anunciará su nuevo director titular a finales de año, ha presentado la Temporada ante un display que muestra la nueva identidad visual de la BOS, en letras blancas sobre fondo azul.
Entre los 17 programas de abono anunciados destacan la presencia como titular de un concierto del joven guerniqués Jon Malaxetxebarria, el regreso de Isaac Karabtchevsky con el “Concierto para orquesta” de Bartok y dos presencias particularmente reseñables. La primera, el regreso al Euskalduna de Measha Brueggergosman (ya había estado con la Sinfónica de Euskadi en esta misma Temporada) cantando Las “Cuatro últimas canciones” de Strauss con dirección de un buen conocedor de la orquesta y buen maestro, Carlos Miguel Prieto, en un programa de verdadero lucimiento que incluye “Muerte y transfiguración” del propio Strauss y la siempre efectiva “Sinfonía nº 5” de Beethoven, y que además clausura la temporada. Sin ánimo de jugar a las quinielas, difícil encontrar una mejor tarjeta de presentación para anunciar a un futuro maestro titular de una orquesta -otra cosa es que vaya a serlo-.
También destaca sobremanera la presencia en el escenario de la BOS del mítico Juillard String Quartet, que tocará con la BOS obras de Elgar y el “Concierto para cuarteto de cuerta y orquesta” de Bohuslav Martinu, un compositor de interés excepcional y muy poco interpretado. Dirige este espléndido programa, que se completa con la nº 8 de Dvorak, el joven maestro norteamericanjo Erik Nielsen, que ya dirigiera a la BOS en el foso del Euskalduna con “Die tote Stadt” de Korngold y que recientemente ha vuelto a dirigirla en un concierto fuera de abono dirigido en la bilbaína iglesia parroquial de San Vicente Martir de Abando.
En conjunto, aunque hay obras excepcionales como la nº 2 de Mendelssohn, la Temporada es de un perfil sobrio, sólido y de transición, muy del agrado del público, y evidencia que la organización espera la llegada de un nuevo director musical y artístico que delimite rumbos más precisos y ligados a su propia personalidad musical. Este nombramiento será, sin duda, la noticia del año y de las últimas temporadas en la BOS, y la de mayor trascendencia. A buen seguro que los aficionados ya realizan sus propias conjeturas.
Felicidades a los responsables de la BOS y agradecimiento a las instituciones que la apoyan por su trabajo y sostén.