Aita Gurea de Aita Madina, Gloria de Poulenc y la Sinfonía Fantástica de Berlioz componen el programa que cierra el ciclo de abono en Bilbao de la Euskadiko Orkestra, con dirección de Jun Märkl y la presencia en el Euskalduna de la soprano Olena Tokar y del Orfeón Donostiarra.
Aita Gurea es una pieza breve de gran belleza, compuesta en 1946 en Buenos Aires y estrenada sin solista por el coro Lagun Onak en 1947 en la capital argentina, en la que Madina compaginaba su labor en el sacerdocio con la composición musical. A día de hoy se ha convertido en la obra más popular del compositor.
Gloria es una exaltación sinfónico-coral que se ha convertido en uno de los clásicos del siglo XX en su repertorio. Fue compuesta en 1959, en recuerdo del fallecido maestro Serge Kusevitski, titular durante 25 años de la Sinfónica de Boston (sucediendo a Pierre Monteux) y gran impulsor del repertorio contemporáneo. Fruto de esa inclinacion del maestro de origen ruso hacia la música contemporánea son, entre otras, la maravillosa orquestación de Ravel para los Cuadros de una exposición de Musorgski, encargada para el cincuentenario de la orquesta norteamericana, o la Sinfonía número 4 de Prokofiev. Dividida en seis movimientos, Gloria se estrenó por la Sinfónica de Boston en 1961 con dirección de otro maestro mítico, Charles Munch.
La Sinfonía Fantástica de Berlioz es una obra programática de 1830. En nombre original de la obra es Épisode de la vie d’un artiste, symphonie fantastique en cinq parties, pero ha prevalecido como Sinfonía Fantástica. Conocer el título original completo es entender la intención de la obra, que se divide en cinco movimientos que narran las vicisitudes vitales y amorosas de un artista. Aunque muy conocida por algunos de sus más célebres pasajes, es una obra de gran complejidad y máxima exigencia orquestal.
La cita es mañana, martes, a las 20 horas en Euskalduna Jauregia, Bilbao.