Nora Franco Madariaga/
Se acaba de estrenar el segundo título de la temporada de ABAO, Roberto Devereux, una ópera del prolífico Donizetti compuesta en 1837, cuando el virtuosismo de su autor y el belcantismo llegan a su madurez.
Con un argumento muy al gusto de la época lleno de intrigas cortesanas y amores novelescos, se enmarca en el llamado periodo Tudor de Donizetti, que ya le había deparado los éxitos de Il Castello di Kenilworth (1829), Anna Bolena (1830) y Maria Stuarda (1835). Sin embargo, las trágicas circunstancias personales del compositor (las sucesivas muertes de sus padres, sus tres hijos y su esposa en un corto espacio de tiempo), dotan a esta ópera de un constante tono de desesperación, de rabia contenida y de profundo desgarro que la hacen diferente, más oscura y al mismo tiempo más profunda.
Este tormentoso drama viene al Euskalduna bajo la dirección musical de Josep Caballé-Domenech, que se encuentra en un momento dulce de su carrera tras haber renovado como titular de la Colorado Springs Philharmonic y la Staatskapelle de Halle. Cómodo con el repertorio belcantista, será interesante descubrir su interpretación de la ópera, su trabajo con la Orquesta de Euskadi, a la que ya conoce bien, y su relación con las grandes voces protagonistas.
En cuanto al cuarteto principal, el estadounidense Gregory Kunde está ahora mismo en la cima de su carrera. Pasados los 60 y habiendo dejado atrás un cáncer y una crisis vocal, ha sabido reinventarse y su reimpulsada trayectoria parece llevarle muy lejos. Le hemos podido escuchar en el Real hace apenas un par de meses en este mismo papel, y volveremos a tener la oportunidad de verle dentro de poco en esta misma temporada en Manon Lescaut, pero su renovada vocalidad le lleva cada vez más a abandonar estos roles belcantistas en favor de papeles verdianos o, tal vez en un futuro no muy lejano, wagnerianos.
Muy distinto es el caso de la soprano Anna Pirozzi, con una breve pero intensa carera a sus espaldas y que se enfrenta a un rol donizettiano por primera vez. Y no es un papel cualquiera. Pirozzi tendrá que afrontar el peso del protagonismo de la obra, con una carga vocal e interpretativa que supondrán un duro examen de sus capacidades.
Quien ya ha demostrado que es capaz de defender su rol es Silvia Tro Santafé, que repite en ABAO el papel de Sara que ya interpretó en el Teatro Real el pasado septiembre.
Cierra el cuarteto el barítono Alessandro Luongo, a quien vemos en Bilbao por primera vez y que es conocido por la inteligente elección de sus papeles y su impecable técnica.
Completan cartel los ya conocidos Eduardo Ituarte, Javier Galán y Gexan Etxabe, el Coro de Ópera de Bilbao (que tras su impecable actuación en Don Carlos tiene el listón muy alto) y la Orquesta Sinfónica de Euskadi.
Si no quieren perder la oportunidad de disfrutarlos dentro de la puesta en escena de Mario Pontiggia, aún les quedan las funciones del 24, 27 y 30 de noviembre.