Mundoclasico: “Un sonido que te estrecha la mano”
Joseba Lopezortega /
San Sebastián, jueves 9 de noviembre de 2017. Kursaal Eszena. Sibelius: Concierto para violín en re menor. Smetana: Mi Patria. Viktoria Mullova, violín. Orquesta Sinfónica de Bamberg. Jakub Hrusa, director. Aforo: 1806. Ocupación: lleno.
Bastaron muy pocos compases del Concierto de Sibelius para que la orquesta fuera atrayendo todo el interés de la versión ofrecida en Kursaal. Mullova es una excelente violinista, aunque le falte temperatura para fascinar, pero la orquesta… un sonido grave, denso, con unas maderas maravillosas, unas violas inconmensurables, una intensidad colectiva radiante y sin fisuras y en el gobierno un maestro, Jakub Hrusa, decidido a que el Concierto tuviera empaque, a que sonara en el vientre, a que se enseñara en una fascinante demostración cromática. Envuelta en ese sonido prodigioso, Mullova se fue diluyendo hasta completar un concierto de calidad, pero secuestrado por el protagonismo de la calidad orquestal. La orquesta era cálida, Mullova estilizada y fría, y el resultado fue un Concierto levemente desequilibrado. Estilísticamente, Mullova proporcionaba un sonido muy del gusto actual, muy aggiornato, mientras que Hrusa situaba el sonido de la orquesta en una perspectiva distinta, más a la antigua: Mullova era digital, Hrusa analógico.